Robó tres cuadros y una pequeña escultura, verdaderas obras de arte con un valor total de más de 340.000 euros. Lo hizo a plena luz del día y sin ser molestado, en el interior de un hotel de lujo, y luego se alejó tranquilamente y tomó el metro, desplazándose desde el centro hasta los extremos de la periferia.
Un golpe sensacional, el de un ladrón que después de más de siete meses sigue sin identidad.
Robó obras de arte por valor de 340.000 euros y huyó en metro desde el centro de la ciudad a las afueras
El increíble robo tuvo lugar en el interior del hotel de cinco estrellas Miguel Ángel de Madrid. Prácticamente toda la prensa nacional española habla de ello: la policía dice que está cada vez más cerca de identificar al ladrón, que, sin embargo, aún no tiene nombre y que llevó a cabo el robo sin ser molestado, quitando los cuadros de las paredes y escondiéndolos dentro de un sobre opaco.
La investigación ha permitido hasta ahora reconstruir la ruta seguida por el hombre: tras escapar del hotel, se dirigió a la estación de metro más cercana y luego, entre los demás pasajeros, a Móstoles, una ciudad de provincias al sur de Madrid.
Los investigadores no descartan que el hombre haya actuado por cuenta de otras personas y que, una vez en Móstoles, haya encontrado apoyos concretos para continuar su huida. Entre las obras de arte robadas se encuentra el Puerto de San Sebastián, un óleo sobre cartón de pequeñas dimensiones (14,2 por 17,6 centímetros) pero de gran valor.
En total, las obras robadas están valoradas en más de 340.000 euros. El personal de seguridad del hotel no se dio cuenta del robo hasta unos minutos después y alertó a la policía: las grabaciones de las cámaras de seguridad permitieron reconstruir la dinámica.
Las obras robadas no pertenecían al hotel, sino a una galería de Madrid, Lorenart, que tenía un contrato para realizar una exposición en el hotel de lujo. El 30 de mayo, debido a la pandemia, el hotel sólo estaba abierto para la exposición y no aceptaba clientes, por lo que se decidió no contratar personal de seguridad privado, dejando sólo al personal de seguridad del hotel para vigilar las obras de arte. Según los investigadores, es probable que el ladrón haya visitado y estudiado el hotel varias veces antes de llevar a cabo el robo para averiguar el número de personal de seguridad y de cámaras que había en el edificio.
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