Manuel Adorni y su pasión por los videojuegos retro

En un ambiente distendido y después de unos días intensos tras las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, Manuel Adorni, el vocero presidencial, se sumergió en un viaje nostálgico recordando sus videojuegos favoritos de los años 80 y 90. Durante un streaming, no solo demostró su conocimiento sobre estos clásicos, sino que también compartió anécdotas y opiniones sobre algunos de ellos, revelando su amor por los videojuegos de su infancia, que lo acompañaron en momentos de diversión y desestrés. ¿Quién no recuerda esos días frente a la pantalla, joystick en mano, sumergido en aventuras pixeladas?

Los clásicos que marcaron su vida

Adorni comenzó reconociendo a 21 juegos de arcade de la época, como si se tratara de una prueba de memoria que lo llevaría a su infancia. Con entusiasmo, mencionó títulos emblemáticos como Mortal Kombat I y Street Fighter II, juegos que, según él, no solo ofrecían una competencia feroz entre amigos, sino que también representaban un avance significativo en la industria. “El Street Fighter II fue una reivindicación de la bestialidad que se mandaron con el Street Fighter I, que fue un juego berretísimo”, dijo, dejando claro que su pasión por los videojuegos también viene acompañada de un ojo crítico.

Los olvidados y los despreciados

Sin embargo, no todo fue elogios. Cuando el icónico Mario Bros apareció en la pantalla, su reacción fue contundente: “Lo odié toda mi vida porque todo el mundo jugaba al Super Mario Bros”. Adorni recordó tiempos difíciles, cuando, al no tener dinero, tuvo que conformarse con jugar en su Commodore 64, donde los títulos no siempre eran los más populares. Es curioso cómo algunos de nosotros nos sentimos representados en esos fracasos de la infancia, ¿verdad?

Recuerdos de una era dorada

Entre risas y recuerdos, mencionó otros juegos que dejaron huella en su vida, como Arkanoid, donde la habilidad para destruir bloques era pura adrenalina, y Final Fight, un juego de lucha callejera que describió como un “juegazo”. La conexión emocional que Adorni tiene con estos títulos es palpable, y es un recordatorio de cómo los videojuegos pueden ser mucho más que entretenimiento; son cápsulas de tiempo que nos transportan a momentos específicos de nuestra vida.

Además, hizo mención de otros clásicos como 1943: The Battle of Midway y Cadillacs and Dinosaurs, aunque admitió que este último no estaba entre sus favoritos. La diversidad de géneros y estilos de los videojuegos de esa época ayudó a formar una comunidad sólida de jugadores que compartían la misma pasión. En un mundo cada vez más digital, es fundamental recordar estos tesoros que nos unieron a todos en nuestra juventud.

La nostalgia como motor de conexión

La charla, que se transmitió en Neura, no solo fue un repaso a juegos antiguos, sino un ejercicio de nostalgia que resonó con muchos. A menudo, la nostalgia tiene un poder especial para unir a las personas, y Adorni lo entendió a la perfección al compartir su amor por estos juegos. En un momento donde las redes sociales y los videojuegos modernos dominan la atención, recordar los orígenes y los clásicos puede ser un bálsamo para el alma.

Es fascinante cómo, a través de esta conversación, se puede vislumbrar un lado más humano del vocero presidencial, quien, como muchos de nosotros, ha crecido y se ha formado en un entorno donde los videojuegos eran parte esencial de la cultura juvenil. Tal vez, solo tal vez, esto nos recuerde que detrás de cada figura pública, hay una historia personal que merece ser contada.