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En el corazón de Carolina del Norte, un campamento único se ha convertido en un refugio para niños que enfrentan enfermedades crónicas. Este lugar, conocido como Victory Junction, alberga a Whitetop, la llama más vieja del mundo, que a sus 27 años ha logrado conquistar los corazones de muchos. Reconocida por el Guinness World Records, Whitetop no solo es un animal de compañía, sino también un símbolo de esperanza y alegría para los pequeños que asisten al campamento.
Un refugio para los más necesitados
Victory Junction fue fundado en 2004 por la familia de Kyle Petty, un piloto de NASCAR, en memoria de su hijo Adam, quien falleció trágicamente. Este campamento, que se extiende por 34 hectáreas, ofrece un espacio seguro y gratuito para niños con diversas patologías, desde cáncer hasta discapacidades neurológicas. Aquí, los niños pueden disfrutar de actividades al aire libre y, lo más importante, interactuar con animales como Whitetop, que les brindan consuelo y compañía.
La personalidad encantadora de Whitetop
Whitetop se ha ganado el cariño de todos gracias a su carácter dulce y empático. Su forma de interactuar con los campistas es única; se queda quieto mientras los niños lo acarician, lo que proporciona una valiosa estimulación sensorial. Billie Davis, directora del establo, menciona que este contacto ayuda a los niños a salir de su caparazón y a sentirse más cómodos. “Puede ser un poco intimidante al principio, pero una vez que se acercan, descubren lo cariñoso que es”, explica.
La longevidad de una estrella
La esperanza de vida promedio de una llama es de 15 años, pero Whitetop ha superado todas las expectativas. Su longevidad se atribuye a un excelente cuidado veterinario y a un entorno que le permite mantenerse activo. Aunque ha desarrollado artritis en sus últimos años, sigue disfrutando de su vida en el campamento, donde se le ve revolcándose en virutas de madera y disfrutando de la compañía de sus amigos animales, como Gus-Gus, una vaca miniatura que a menudo lo acompaña.
Impacto en los campistas
Los testimonios de los campistas son conmovedores. Stephanie Wilkerson, quien fue diagnosticada con diabetes tipo uno, recuerda cómo su ansiedad se desvaneció al acariciar a Whitetop. “Me relajé al instante”, dice. Este tipo de interacción no solo proporciona alegría, sino que también ayuda a los niños a enfrentar sus desafíos de una manera más positiva.
Merchandising y legado
Con la reciente fama de Whitetop, el campamento ha lanzado camisetas de edición limitada que muestran al animal con gafas de sol y la frase “Still Spit’n”. Las ganancias de estas ventas se destinan a mantener el campamento y su misión de ayudar a los niños. A pesar de su popularidad, Whitetop sigue siendo un recordatorio de que no todas las llamas escupen, ya que solo lo hacen cuando se sienten amenazadas.