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Tras nueve años acudiendo al mismo ginecólogo, Morgan Hellquist hizo un descubrimiento muy inquietante y nauseabundo sobre su médico que la empujó a presentar una demanda contra él.
La mujer, Morgan Hellquist, había visitado a Morris Wortman y confiado en él para que le realizara varios procedimientos médicos.
Como lo conocía desde la infancia, la familia de Morgan lo veía como una especie de «héroe», y por ello, no tenía ningún reparo en dejar que le realizara exámenes vaginales y mamarios. El Dr. Wortman también fue el médico que le colocó dos anticonceptivos DIU, entre otros procedimientos íntimos.
Sólo cuando Morgan fue a hacerse una ecografía en abril, empezó a sospechar del médico, según The Sun.
Una mujer descubrió que su médico era su padre
A Morgan le pareció extraño que el Dr. Wortman le pidiera que se quitara la mascarilla y le dijera que se veía mejor sin ella.
La situación sólo se volvió más espeluznante cuando el Dr. Wortman llamó a su esposa a la sala de examen y le preguntó si podía ver el parecido entre Morgan y él.
El doctor también le dijo alegremente a Morgan: «Eres realmente un buen chico, muy buen chico».
Ese día, Morgan salió de la consulta con la duda de que el Dr. Wortman era su padre biológico.
Hasta entonces, Morgan pensaba que su padre era un estudiante de medicina de la Universidad de Rochester, en el norte del estado de Nueva York.
Sabía que había sido concebida por inseminación artificial, realizada por el Dr. Wortman en la década de 1980.
La inseminación de la madre
Su madre, Jo Ann Levey, pasó por varios intentos de concebir mediante inseminación artificial hasta que finalmente, en 1985, se quedó embarazada. El Dr. Wortman afirmó que el esperma pertenecía a un estudiante de medicina, que cumplía los parámetros de su lista de verificación.
Pronto nació Morgan y su nacimiento fue considerado un milagro por el que el Dr. Wortman fue elogiado. A los 8 años, a Morgan le dijeron que había sido concebida artificialmente.
A lo largo de los años, Morgan nunca conoció a su padre, o al menos eso creía; pero la realidad era que cada vez que visitaba al «héroe de la familia», el Dr. Wortman, en realidad estaba conociendo a su padre biológico y no tenía la menor idea de ello.
La demanda contra su ginecólogo
Desde el año 2012 hasta el 2021, Morgan acudía al ginecólogo y le permitía examinarla mientras estaba sedada. «Wortman trataría a sabiendas a su propia hija biológica como paciente de ginecología durante casi una década», decía la demanda que Morgan interpuso contra él, según recoge The Washington Post.
La prueba de ADN no sólo confirmó que el Dr. Wortman era su padre biológico y que había cometido un fraude, sino que también reveló que había engendrado en secreto otros siete hijos impregnando a sus pacientes con su esperma.
Ahora Morgan demanda a su médico, que trabaja en el Centro de Trastornos Menstruales de Rochester (Nueva York), por negligencia médica, falta de consentimiento informado, agresión, fraude, negligencia e imposición de angustia emocional.
En la demanda se afirma que si hubiera sabido que era su padre, «nunca habría consentido ser paciente de su consulta de ginecología».
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