Cuando María Isabel Benites Chamba fue enterrada a los 95 años en Ecuador, uno de los miembros de su grupo fúnebre se negó a separarse de ella. Ante la inquietante situación, varios captaron el momento en que su querido perro se negó a separar del ataúd.
Su querido perro Bumer se unió a la familia y a los amigos para presentar sus respetos, pero fue su fiel amigo el que no quiso marcharse. El perro permaneció cerca del ataúd como señal de lealtad.
Un perro no se separa de su dueña en el entierro
Durante el velatorio de María, organizado por la Funeraria Santa Rosa, Bumer permaneció a su lado, igual que cuando María estaba viva.
«Se notaba la lealtad y el cariño que existía entre ella y su perro», dijo un portavoz de la funeraria a The Dodo. «Siempre estaba ahí con su dueña».
Tras la ceremonia se formó una procesión para seguir el ataúd de María hasta el cementerio. Fue entonces cuando el perro Bumer saltó a la parte trasera del coche y se negó a salir.
El perro se negó a separarse del ataúd
«Rodeó el coche fúnebre antes de subir a bordo como si dijera: ‘Quiero ir a despedirme de mi madre'», dijo el portavoz de la funeraria. «Un tremendo ejemplo de lealtad».
Según la funeraria, el perro fue visto por última vez siendo consolado por la familia de María.
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