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Un viaje por la Transamazónica
Janaina Wagner, una artista plástica de 36 años, ha capturado la atención del público con su enfoque innovador y provocador. En su reciente proyecto, una réplica de la Luna fue colocada en la caçamba de un camión mientras se filmaba en la icónica rodovia Transamazônica.
Este momento, que se presenta en el documental «Quebrante», no solo mezcla ficción con realidad, sino que también invita a la reflexión sobre el impacto humano en la naturaleza. La obra de Wagner, exhibida en lugares como el Masp y la Pinacoteca de São Paulo, se centra en el control que el ser humano ejerce sobre el medio ambiente, un tema que resuena profundamente en la actualidad.
Metáforas de la naturaleza
En su exposición «Mercúrio Meteora», Wagner utiliza la caída de una roca como una poderosa metáfora de la devastación ambiental. La artista invita a los espectadores a imaginar lo que una piedra podría ver al caer, simbolizando la ruina que el ser humano causa en su entorno.
Esta narrativa se complementa con su obra «Curupira e a Máquina do Destino», donde el mítico ser brasileño con los pies al revés se convierte en una alegoría del progreso destructivo que representa la construcción de la Transamazônica. Wagner sugiere que este avance ha sido, en realidad, un retroceso, un mensaje que resuena con la juventud contemporánea que busca un cambio.
Un enfoque multidisciplinario
La formación dual de Wagner en periodismo y artes plásticas le permite abordar la realidad desde una perspectiva única. Su interés por los acontecimientos globales se fusiona con su habilidad para expresar la realidad a través de la imaginación.
En su producción audiovisual, combina técnicas de ambos campos, creando un estilo distintivo que capta la atención del espectador. Las filmaciones son tratadas como obras de arte, donde imágenes reales se superponen con dibujos elaborados por la artista, creando un diálogo entre lo tangible y lo imaginario.
Historias de fantasmas contemporáneos
En su investigación doctoral en el instituto Le Fresnoy, Wagner ha desarrollado historias de fantasmas errantes, personajes que representan los problemas sociales y ambientales del Brasil actual. Estas criaturas, que emergen de la literatura y la cultura popular, son reinterpretadas en un contexto contemporáneo. Entre ellas se encuentra el Nelore Frankenstein, una mezcla entre la raza de ganado y el famoso monstruo de Mary Shelley, que simboliza la creación de animales genéticamente modificados. Además, la figura de la Baleia, inspirada en la perra de «Vidas Secas» de Graciliano Ramos, personifica la persistente hambre que afecta al país.
El futuro de la narrativa artística
El próximo proyecto de Wagner, titulado «A Mala da Noite», promete ser una exploración fascinante de la violencia de género en la región del río Negro, en la Amazonía. A través de las narrativas de niños de la localidad, la artista busca dar voz a quienes han sido silenciados, creando un guion que refleje sus experiencias y perspectivas. Esta iniciativa no solo destaca la importancia de la educación artística, sino que también subraya el papel de la juventud como agentes de cambio en la sociedad.
