Gustavo Petro denuncia los ataques de EE.UU. en el Pacífico colombiano: ¿Qué implicaciones tiene?

En un giro reciente de la política internacional, el presidente colombiano Gustavo Petro ha alzado la voz contra las acciones de Estados Unidos en el Pacífico. A través de su cuenta en la red social X, Petro ha calificado de crimen de guerra los ataques a lanchas que, según informes, transportaban drogas. Esto ha generado un considerable debate sobre las estrategias de lucha contra el narcotráfico.

Estos ataques han resultado en la muerte de al menos catorce personas, lo que ha llevado a Petro a cuestionar la legitimidad de las operaciones militares estadounidenses en aguas internacionales. La crítica no solo se enfoca en la acción misma, sino también en el contexto más amplio de la política antidrogas implementada por el gobierno de Donald Trump.

Las acusaciones de Petro contra EE.UU.

En su declaración, Petro no se limitó a criticar la violencia desatada por estas acciones, sino que también hizo un llamado a la comunidad internacional para que se evalúen las consecuencias de tales operaciones. Según el presidente, estas acciones son una violación directa de los derechos humanos y de los tratados internacionales que regulan el uso de la fuerza. “Son asesinatos. Rompen los tratados internacionales del derecho de gentes”, enfatizó Petro en su intervención.

El contraste con operaciones colombianas

Además, Petro destacó la diferencia entre las operaciones militares de EE.UU. y las acciones realizadas por la Armada Colombiana, que ha logrado incautar grandes cantidades de cocaína sin causar bajas humanas. “No matamos a nadie”, afirmó, subrayando que su gobierno ha trabajado en conjunto con diversas fuerzas internacionales para combatir el narcotráfico con un enfoque menos violento.

Esta estrategia, según el mandatario, enfatiza la necesidad de un enfoque más humano y menos militarizado en la lucha contra el narcotráfico. Esta perspectiva se aleja de las tácticas agresivas utilizadas por EE.UU. en la región y genera un espacio para la reflexión sobre cómo abordar el problema de las drogas sin caer en el ciclo de violencia.

Presiones políticas y su impacto

La situación se complica aún más por las presiones políticas que enfrenta Petro en el contexto internacional. Recientemente, el presidente colombiano denunció que EE.UU. ha ejercido presiones sobre varios países del Caribe para evitar su participación en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), que se llevará a cabo en Santa Marta. “Matan la libertad”, concluyó Petro, haciendo eco de su preocupación por la soberanía de las naciones caribeñas.

Las repercusiones de las acciones militares

Desde que la administración Trump lanzó su ofensiva contra el narcotráfico en septiembre, se han reportado más de diez ataques en la región. Estos eventos han dejado un saldo trágico de cerca de sesenta muertes, lo que ha intensificado las tensiones entre el gobierno colombiano y la administración estadounidense. La reacción de Petro refleja un sentimiento de frustración creciente ante un enfoque que considera desproporcionado y violento.

En este contexto, es importante mencionar que el Pentágono retiró a Colombia de la lista de países que colaboran en la lucha antidrogas, un movimiento que podría tener consecuencias a largo plazo para la cooperación militar y diplomática entre ambos países. Esta decisión añade una capa adicional de complejidad a la ya tensa relación entre Colombia y EE.UU., especialmente en el ámbito de la política antidrogas.

Las declaraciones de Petro no solo son un reflejo de su postura frente a la intervención militar estadounidense, sino que también representan un llamado a la redefinición de las estrategias de combate al narcotráfico. La necesidad de un enfoque más colaborativo y menos militarizado podría ser clave para el futuro de la política internacional en esta materia.