El próximo fin de semana, la carrera electoral en la Ciudad de Buenos Aires acapara la atención, pero las elecciones de medio término se avecinan incluso más cerca, con cuatro provincias que votarán mañana. Este análisis se enfocará en el impacto real y simbólico de estas elecciones, explorando la situación política en Chaco, Jujuy, Salta y San Luis, y cómo estos eventos pueden influir en el panorama nacional.
Chaco: una lucha por los escaños
En Chaco, la situación electoral se centra en la posibilidad de que el gobernador radical Leandro Zdero aumente su representación en la asamblea legislativa. Con 16 escaños en juego, Zdero busca añadir uno o dos a sus actuales siete, lo cual, aunque no cambiaría drásticamente el balance de poder en la provincia, podría tener repercusiones en su carrera política. Su principal rival es Jorge Capitanich, un veterano peronista que ha gobernado Chaco en tres ocasiones y que ahora lidera una lista defendiendo la mitad de los asientos en disputa.
La polarización es evidente, con Zdero enfrentando no solo a Capitanich, sino también a un frente peronista fragmentado que podría beneficiarse de la desunión del voto de centro-derecha. La campaña ha girado en torno a acusaciones de corrupción, un tema recurrente en la política argentina, que podría influir en la decisión de los votantes.
Jujuy: un desafío radical
Aunque Jujuy tiene menos de tres cuartas partes de la población de Chaco, la competencia electoral es más intensa. Con 13 listas en contienda por 24 escaños, la presión sobre el partido radical es considerable. Este partido ha dominado la política jujeña durante la última década, pero ahora enfrenta un desafío significativo de La Libertad Avanza, que ganó ambas rondas en las elecciones de 2023. La situación se complica aún más debido a la fragmentación interna del peronismo, que atraviesa un periodo de crisis bajo la dirección de Aníbal Fernández.
La lucha por los votos se intensifica, ya que el gobernador radical Carlos Sadir ha logrado cooptar a sectores del sindicalismo tradicionalmente ligados al peronismo, lo que pone a su partido en una posición privilegiada, aunque defensiva. La campaña en Jujuy se caracteriza por un clima de incertidumbre, donde la movilización del electorado puede ser decisiva.
Salta: la batalla por el electorado
Salta, siendo la provincia más poblada de este grupo, se prepara para una elección crucial. Con 14 listas compitiendo por 12 senadores provinciales y 30 diputados, la diversidad de opciones puede confundir a los votantes. La alianza Unidad de los Salteños, bajo el liderazgo del gobernador Gustavo Sáenz, parece tener la delantera, pero La Libertad Avanza también ha cosechado apoyo significativo, especialmente entre los jóvenes.
Las encuestas sugieren que Sáenz podría contar con el apoyo de entre el 30 y el 50% del electorado, mientras que los partidos tradicionales se ven reducidos a un 6% cada uno. La baja notoriedad de muchos candidatos podría llevar a una apatía generalizada entre los votantes, lo que es una preocupación tanto para los partidos establecidos como para los nuevos entrantes.
San Luis: el duelo local
San Luis, aunque menos poblada, no deja de ser relevante en el contexto electoral. Con solo 500,000 habitantes, la contienda se centra en un duelo entre el actual gobernador Claudio Poggi y su predecesor Alberto Rodríguez Saá. A pesar de la baja cantidad de escaños en juego, el fervor local puede influir en el resultado. La situación se complica con la aparición de listas libertarias y otras agrupaciones que buscan captar el voto popular.
Las elecciones en San Luis están marcadas por la historia política de la provincia y por la influencia de figuras conocidas, lo que podría atraer a un electorado más amplio. A medida que se acerca la fecha de votación, el interés en cómo se desarrollará esta contienda local aumenta, especialmente en el contexto de una nación en constante cambio político.