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El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), inaugurado hace poco, ha generado una buena cantidad de debates sobre su efectividad en el sistema aeroportuario de México. Aunque ya se posiciona como el octavo aeropuerto más concurrido del país, la pregunta que todos se hacen es: ¿realmente está cumpliendo con su propósito original o solo se ha convertido en una alternativa para descongestionar otro aeropuerto que ya está al borde del colapso?
Desempeño y cifras del AIFA
Desde que abrió sus puertas, el AIFA ha recibido alrededor de 2 millones de pasajeros entre enero y mayo de 2025. Esto podría parecer poco, representando solo el 4% del total de pasajeros en México durante ese período. Para ponerlo en perspectiva, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) reportó la impresionante cifra de 18 millones de pasajeros, más de siete veces la cantidad del AIFA. Pero, ojo, no debemos caer en la trampa de comparar manzanas con naranjas. El AIFA ha estado operativo por poco más de dos años y, aunque sus cifras parecen bajas, su crecimiento sostenido es un indicativo positivo.
El AIFA se ha consolidado rápidamente en el sistema nacional, generando unos 2,700 millones de pesos en ingresos y alcanzando el equilibrio financiero en un tiempo récord. Con 37 rutas nacionales y 9 internacionales, se presenta como un aeropuerto en plena expansión. Sin embargo, es importante recordar que su desarrollo fue pensado para complementar el sistema aeroportuario del Valle de México, y no para reemplazar al AICM.
Retos y oportunidades para el AIFA
A pesar de su crecimiento, el AIFA enfrenta desafíos significativos, siendo el acceso terrestre uno de los más críticos. Aunque su infraestructura es moderna y está diseñada para el crecimiento, la falta de vías de comunicación eficientes ha limitado su capacidad para atraer más usuarios. ¿Quién no ha sentido la frustración de un mal acceso? Esta es una preocupación válida que el gobierno federal aún no ha abordado de manera adecuada. La conectividad es clave para que el AIFA pueda competir efectivamente con otros aeropuertos en el país.
Además, a pesar de que las cifras de pasajeros han sido alentadoras, el AIFA también ha demostrado un buen desempeño en operaciones de carga aérea, lo que refuerza su papel como un jugador clave dentro del sistema aeroportuario nacional. Los expertos coinciden en que, si se mejora la conectividad y se continúa impulsando su desarrollo, el AIFA podría convertirse en un aeropuerto regional eficiente y competitivo.
Lecciones aprendidas y el futuro del AIFA
Los datos de crecimiento del AIFA cuentan una historia que va más allá de las cifras de pasajeros. El aeropuerto ha mostrado que, a pesar de los obstáculos, puede posicionarse de manera efectiva en el mercado. Sin embargo, las lecciones más importantes que surgen de su desarrollo son la necesidad de adaptabilidad y la importancia de un enfoque integral que considere no solo la infraestructura aeroportuaria, sino también la conectividad terrestre.
Para los fundadores y gerentes de proyectos, el caso del AIFA es un recordatorio de que el éxito en el ámbito aeroportuario, y en cualquier otro sector, no se trata solo de abrir las puertas y esperar que los pasajeros lleguen. Es crucial trabajar en estrategias que integren todos los aspectos del negocio, desde la experiencia del cliente hasta la logística de transporte. La sostenibilidad del negocio debe ser una prioridad, y el AIFA tiene el potencial de convertirse en un ejemplo de cómo la planificación y la ejecución pueden llevar a un proyecto a cumplir su propósito.
Conclusiones y pasos a seguir
El AIFA se encuentra en una encrucijada. Si bien ha logrado consolidarse en sus primeros años, el verdadero desafío radica en mantener ese crecimiento y maximizar su potencial. Los datos de crecimiento y desempeño son alentadores, pero la clave para el futuro del AIFA dependerá de su capacidad para resolver problemas de infraestructura y conectividad. La experiencia del AIFA puede servir como un estudio de caso para otras iniciativas en el sector, recordándonos que el éxito no es solo cuestión de números, sino de cómo se gestionan y superan los desafíos en el camino.
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