Waldemar Niclevicz y su regreso al Everest: un llamado a la restauración ecológica

El legado de un pionero del alpinismo

Waldemar Niclevicz, el primer brasileño en alcanzar la cima del Everest en 1995, está a punto de embarcarse en una nueva aventura que va más allá de la escalada. A sus 59 años, Niclevicz no solo busca conquistar la montaña más alta del mundo nuevamente, sino que también quiere utilizar su hazaña para resaltar la urgencia de la restauración ecológica. Su objetivo es llevar una bandera con el diseño de una araucaria, un árbol emblemático del Paraná, simbolizando la resistencia y la naturaleza amenazada.

Un compromiso con la naturaleza

Durante la pandemia de Covid-19, Niclevicz adquirió 116 hectáreas en Campo Largo, en la región metropolitana de Curitiba, donde ha estado trabajando arduamente para restaurar el ecosistema local. Este terreno, que había estado degradado desde la década de 1980, ahora alberga más de 600 araucarias plantadas, con la meta de llegar a 2,000. Utilizando mudas especiales, Niclevicz busca acelerar el crecimiento de estas especies, que han sido prácticamente exterminadas en Brasil en el último siglo. «La naturaleza no puede esperar», afirma el alpinista, enfatizando la necesidad de actuar ahora para preservar nuestro entorno.

Educación ambiental y colaboración comunitaria

Además de su expedición, Niclevicz tiene un enfoque claro en la educación ambiental. Planea recibir estudiantes de secundaria en su reserva, donde podrán aprender sobre la importancia de la conservación y la restauración de los ecosistemas. «Nuestro propósito no es solo plantar árboles, sino educar a las futuras generaciones sobre la importancia de cuidar nuestro planeta», explica. Con el apoyo de donantes y patrocinadores, Niclevicz espera que su proyecto no solo beneficie al medio ambiente, sino que también inspire a otros a involucrarse en la causa.

Preparativos para el Everest

La nueva expedición al Everest está programada para comenzar el 26 de marzo y se espera que dure hasta el 30 de mayo. Niclevicz, que ha escalado el Everest en dos ocasiones previas, se unirá al alpinista Pedro Hauck, quien hará su debut en la cima. A pesar de los desafíos que presenta la montaña, como el aumento del turismo y la masificación, Niclevicz se siente preparado y en buena forma física. «He estado escalando durante 37 años y estoy listo para enfrentar este nuevo reto», asegura. Sin embargo, también reconoce que el Everest ha cambiado, sufriendo los efectos del cambio climático, lo que lo convierte en un lugar más peligroso que hace tres décadas.