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Un día de caos en el Congreso
La reciente marcha por los jubilados en el Congreso de la Nación se convirtió en un escenario de violencia y descontrol. Aunque la convocatoria no fue masiva, la intensidad de los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad fue alarmante.
Al menos 150 personas fueron detenidas y 21 resultaron heridas, incluyendo a un fotógrafo que se encuentra en estado grave. La situación se tornó crítica cuando los asistentes comenzaron a provocar destrozos en la zona, lo que llevó a la policía a intervenir con balas de goma y gas pimienta.
Destrucción y enfrentamientos
Los incidentes comenzaron poco después del mediodía, cuando grupos de barrabravas y militantes de diversas facciones de izquierda se congregaron en las avenidas cercanas al Congreso. La violencia escaló rápidamente, resultando en la destrucción de 30 volquetes y varios patrulleros, lo que generó un clima de caos en la ciudad.
La policía, en un intento por controlar la situación, utilizó camiones hidrantes y gas lacrimógeno, pero los manifestantes respondieron con piedras y otros objetos contundentes.
Heridos y detenciones
El Servicio de Atención Médica de Emergencia (SAME) reportó que 21 personas fueron trasladadas a hospitales, entre ellas un fotógrafo que sufrió lesiones severas en la cabeza.
Además, varios policías resultaron heridos, incluyendo a uno que recibió un disparo. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó los hechos como «de una gravedad inusitada», afirmando que los manifestantes estaban preparados para la violencia. Las autoridades también informaron sobre la confiscación de armas y otros objetos peligrosos durante la intervención policial.
Reacciones y consecuencias
La violencia en la marcha ha generado una fuerte reacción en la sociedad y entre los políticos. Muchos han condenado los actos de vandalismo y han exigido una investigación sobre la participación de grupos organizados en estos disturbios. La situación plantea serias preguntas sobre la seguridad en las manifestaciones y el papel de las fuerzas de seguridad en el manejo de estas situaciones. A medida que se revelan más detalles sobre los eventos del día, la tensión entre el gobierno y los grupos de manifestantes parece estar lejos de resolverse.