Venezuela busca convertirse en el centro energético de las Américas

En un movimiento audaz que podría transformar el panorama energético de América Latina, María Corina Machado y Edmundo González Urrutia han propuesto un plan para privatizar al 100% la industria petrolera y gasífera de Venezuela. Este anuncio se realizó durante el foro CERAWeek 2025, donde ambos líderes de la oposición democrática presentaron su visión para elevar la producción de petróleo a 3 millones de barriles diarios, un objetivo ambicioso dado que actualmente la producción se encuentra por debajo de 1 millón.

Un plan estructurado para el futuro energético

El plan presentado por la coalición Plataforma Unitaria se compone de seis capítulos que delinean la estrategia para convertir a Venezuela en el centro energético de las Américas. La propuesta incluye la apertura de todos los campos de petróleo y gas a la operación privada, lo que representa una oportunidad sin precedentes para los inversores globales. Machado, desde su refugio, hizo un llamado a las empresas energéticas, destacando que Venezuela cuenta con las mayores reservas de hidrocarburos del mundo y bajos costos de producción.

Oportunidades para los inversores

La líder opositora enfatizó que el nuevo liderazgo democrático está comprometido a crear un entorno favorable para la inversión. Se ofrecerán marcos contractuales que aseguran los derechos de propiedad, lo que podría atraer a una variedad de inversores, desde pequeñas empresas hasta gigantes del sector energético. «Juntos, inauguraremos una nueva era de creación de riqueza y seguridad energética para todo el hemisferio occidental», afirmó Machado, subrayando el cambio de imagen que Venezuela busca proyectar.

Privatización y regulación: el nuevo enfoque

El plan también contempla que el gobierno actúe únicamente como regulador, garantizando un marco legal que proteja las inversiones. Esto incluye la subasta transparente de las participaciones del Estado en empresas energéticas, permitiendo así la entrada de capitales internacionales. Además, se implementará un régimen fiscal atractivo para acelerar la inversión y el desarrollo, con la promesa de reinvertir los ingresos generados en infraestructura y educación.

Con este enfoque, Venezuela no solo busca aumentar su producción a niveles históricos, sino también reemplazar la inestabilidad y la corrupción por un liderazgo energético serio. La visión es clara: transformar al país en un hub energético que garantice seguridad energética y crecimiento económico en la región.