Olga Zajac era una mujer que tenía una peluquería en Meshchovsk, al oeste de Rusia. Un día, con la tienda cerrada, un ladrón entró en ella para robar todo el dinero de la caja. Pero a ese delincuente, Viktor Jasinski, se le escapó un detalle, y es que el establecimiento no estaba completamente vacío, ya que la dueña seguía dentro.
Una mujer torturó y abusó sexualmente de un ladrón por intentar robar en su peluquería
Olga, que era cinturón negro de karate, golpeó a Viktor, lo dejó inconsciente y lo llevó a la parte trasera de su negocio, donde le ató las manos y los pies y lo obligó a tomar viagra.
Completamente inmovilizado, lo utilizó como esclavo sexual durante dos días
Durante esas 48 horas, Olga dijo a sus trabajadores y clientes que había conseguido atrapar al ladrón y que lo había llevado a la policía, pero parte de esa declaración era mentira.
La mujer abusó de él durante su tiempo libre, lo violó y lo dejó en el lugar donde la iban a retener.
Al tercer día, tras aprovecharse de él y devolverle el castigo, decidió liberarlo. Viktor, una vez que pudo librarse de secuestrarlo, fue al hospital para curar sus «testículos hinchados», y luego fue a la comisaría para denunciarla a la policía, que la secuestraría.
«Qué cabrón. Sí, tuvimos sexo un par de veces. Pero le compré unos pantalones nuevos, le di comida e incluso le di 1.000 rublos cuando se fue», declaró ante las autoridades, que no vieron que el acto de Olga fuera justificable.
Ambos acabarían en la cárcel en un suceso ocurrido en 2009.
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