Una madre de Colorado ha sido encarcelada durante 16 años después de que abusara de su hija hasta la muerte, mintiendo sobre su salud y engañando a los médicos para que le realizaran cirugías innecesarias.
Una madre encarcelada por maltrato infantil tras la muerte de su hija de 7 años, a la que fingió una enfermedad terminal
Kelly Turner se declaró culpable en enero de maltrato infantil por negligencia, fraude caritativo y robo de entre 100.000 y 1 millón de dólares.
Su hija Olivia Gant, de 7 años, había recibido cirugías y medicamentos innecesarios hasta su muerte en un hospicio de Denver en 2017.
Los psiquiatras dicen que el comportamiento de Turner parece consistente con el trastorno psicológico síndrome de Munchausen por poder. El síndrome de Munchausen es un trastorno psicológico en el que alguien finge estar enfermo o produce deliberadamente síntomas de enfermedad en sí mismo.
Los padres o cuidadores que padecen este trastorno buscan atención inventando la enfermedad de sus hijos o personas dependientes y a veces les causan lesiones que requieren atención.
Según las autoridades, la madre de tres hijos mintió a los médicos sobre el historial médico de Olivia mientras apelaba al público para ayudar a su hija.
A través de esto pudo recibir dinero y otros favores de organizaciones como la Fundación Make-A-Wish.
Turner se enfrentó inicialmente a cargos en octubre de 2019; dos cargos de asesinato en primer grado, intento de influir en un servidor público y falsificación fueron retirados como parte de un acuerdo con los fiscales.
Olivia ganó la atención de los medios de comunicación cuando su madre consiguió experiencias para ella alegando que tenía una enfermedad terminal y una «lista de cubos» que quería cumplir.
Fue nombrada jefa de policía honoraria por un día y montó junto a los oficiales, como se presentó en el Canal de Denver en 2017.
Olivia murió cuatro meses después.
Pero las sospechas surgieron cuando Turner, de 44 años, que se había mudado de Texas a Denver, llevó a una de sus otras dos hijas al mismo hospital con dolor de huesos, después de que Olivia hubiera muerto.
La niña de 13 años no se había quejado de ningún problema médico hasta ese momento y ahora está al cuidado de sus abuelos. La hija mayor de Turner es mayor de edad.
Después de que los médicos plantearan sus preocupaciones, el cuerpo de Olivia fue exhumado en noviembre de 2018 para poder realizar una autopsia. Según una acusación, la doctora Kelly Lear, forense del condado de Arapahoe, escribió que la forma de muerte de Olivia era indeterminada en base a una serie de resultados inespecíficos.
Dijo que no había ningún hallazgo que probara que la muerte de Olivia fue causada por una insuficiencia intestinal o cualquiera de las otras enfermedades que su madre decía que padecía.
Las autoridades no han dado a conocer la causa de la muerte pero, según la acusación, los médicos aceptaron la petición de Turner de dejar de alimentar a su hija.
Como parte de la sentencia, el juez dictaminó que Turner no puede obtener más beneficios de la muerte de su hija.
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