Las elecciones judiciales en México, realizadas el 1 de junio, han dejado un panorama complejo y polémico. La Misión de Observación Electoral (MOE) de la Organización de Estados Americanos (OEA) no ha dudado en calificar la situación de alarmante, sugiriendo a otros países del hemisferio que no intenten replicar este modelo. Con una participación ciudadana que apenas rozó el 13%, el informe preliminar de 34 páginas, publicado el 6 de junio, saca a la luz las deficiencias y controversias de este proceso electoral sin precedentes.
Un panorama desalentador en la votación
El primer dato que salta a la vista es la escasa participación de los votantes. Menos de uno de cada siete mexicanos acudió a las urnas para elegir a casi 2,700 jueces, de los cuales cerca de 900 eran federales. Un ejercicio democrático que, a pesar de ser considerado un éxito por la presidenta Claudia Sheinbaum, plantea serias dudas sobre su legitimidad. La OEA subraya que un alto porcentaje de boletas nulas y no marcadas fue registrado, lo que refleja un profundo desconocimiento de los candidatos y sus funciones por parte del electorado.
“Los votantes se enfrentaron a una tarea monumental y confusa”, señala el informe. Con un total de 7,700 candidatos en juego, muchos no sabían a quién estaban eligiendo ni qué implicaba realmente su voto. La falta de publicidad y campañas informativas adecuadas contribuyó a esta situación. “La prohibición de comprar espacios publicitarios complicó que los candidatos se dieran a conocer”, añade el documento de la MOE.
Un proceso electoral inédito y polémico
El informe también destaca que no existe un precedente mundial donde la totalidad de los jueces sea electa por sufragio universal. Este hecho, junto con el contexto político polarizado, ha generado un clima de desconfianza. El proceso, llevado a cabo en un marco de tensión y litigiosidad alta, se realizó en un tiempo récord que dejó muchas aristas sin resolver.
La MOE también mencionó que la reforma constitucional aprobada en septiembre de 2024, que establece el voto popular como mecanismo de selección para los jueces, ha generado más preguntas que respuestas. “¿Realmente este modelo fortalecerá la independencia del poder judicial?”, se preguntan los analistas. La incertidumbre sobre la autonomía de los nuevos magistrados es palpable, especialmente considerando que muchos de ellos fueron promovidos por el partido en el poder, Morena.
Recomendaciones y reflexiones futuras
Con base en su observación, la OEA emitió varias recomendaciones. La misión advirtió que tanto las autoridades electorales como los cuerpos políticos deben reflexionar sobre los vicios del proceso para corregir deficiencias y asegurar la sostenibilidad de las soluciones adoptadas. La MOE no descartó la necesidad de un análisis más profundo sobre si este modelo contribuye realmente a los principios fundamentales de la administración de justicia.
“Es crucial que cualquier reforma en el modelo de selección de jueces se realice de manera gradual y a partir de un debate plural y técnico”, enfatiza el informe. Sin embargo, también dejó una clara advertencia: “No se recomienda replicar este modelo en otros países de la región”.
La reacción del gobierno mexicano
La presidenta Sheinbaum, defensora de las elecciones judiciales como un medio para erradicar la corrupción en el sistema judicial, rechazó las recomendaciones de la OEA. Afirmó que la organización no tiene la autoridad para dictar cómo un país debe elegir a su justicia. A pesar de ello, reconoció que hay margen de mejora en el proceso electoral.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) también expresó su desacuerdo a través de una nota diplomática, argumentando que la OEA había excedido su mandato. “Cada Estado tiene el derecho a organizar su sistema político sin interferencia externa”, recalca el comunicado.
En un contexto de reformas y elecciones futuras, el desafío queda claro: ¿será este modelo de elección de jueces el camino a seguir o una trampa que compromete la independencia del poder judicial? Las respuestas, por ahora, permanecen en el aire.