Un día de entrenamiento con Inter Granada CF

Recuerdo cuando me uní a mi equipo de fútbol, Inter Granada CF, aquí en la hermosa ciudad de Granada, España. Desde el primer día, supe que sería una experiencia inolvidable. Cada jornada comienza con la misma rutina: prepararme, tomar el autobús desde mi barrio (¡un saludo a Realejo!) y dirigirme al campo, que está a unos 20 minutos. Siempre llego un poco antes para escuchar música y calentar antes de que empiece la práctica. Es un ritual que me ayuda a concentrarme y a prepararme mentalmente para lo que viene.

La dinámica del entrenamiento

El viernes, por ejemplo, comenzamos con los Rondos, que son, sin duda, mis momentos favoritos. La energía en el campo es palpable, y todos compiten con una mezcla de seriedad y diversión. Después de calentar, nos lanzamos a pequeños partidos. La competencia es feroz, pero eso es lo que lo hace tan emocionante. Es como si cada pase y cada tiro contaran, y eso te hace sentir vivo. Durante los descansos, aprovecho para charlar con mis compañeros sobre sus experiencias jugando en España y lo que más les gusta de vivir en Granada. Me encanta escuchar sus historias; hay tanto que aprender de cada uno de ellos.

Una apuesta entre amigos

Al final del entrenamiento, decidimos hacer un desafío: golpear el travesaño. Las apuestas estaban altas, ¡un euro por cabeza! Ahora, si has estado en el extranjero, sabes que al final de tu programa, el dinero escasea. Así que cada centavo cuenta. Me lancé a intentar golpear el travesaño, y aunque lo conseguí, no pude ganar el bote. Pero, ¡hey! La satisfacción de haberlo hecho fue suficiente. Al final, lo que importa es la experiencia y las risas compartidas con mis compañeros. Y, por supuesto, salí del entrenamiento con mi orgullo intacto.

Un refresco después del entrenamiento

Después de cada sesión, me gusta darme un capricho con un Aquarius. Si no lo has probado, deberías hacerlo. Es, sin duda, la respuesta superior de España a Gatorade. Te lo dice alguien que ha probado ambos. La frescura y el sabor del Aquarius son perfectos para reponer energías después de una intensa sesión de entrenamiento. A veces, me pregunto cómo sería mi vida si no hubiera decidido unirme al equipo. No solo he mejorado como jugador, sino que también he crecido como persona, conociendo a compañeros de todo el mundo y, por supuesto, mejorando mi español. Es una mezcla de cultura, deporte y amistad que nunca olvidaré.

Reflexiones sobre mi experiencia en España

Estudiar en el extranjero mientras juego al fútbol ha sido realmente transformador. Cada día trae nuevos desafíos, pero también nuevas oportunidades para aprender. Desde los momentos embarazosos tratando de pedir un café en español hasta las risas en el campo de juego, cada experiencia cuenta. Reflexionando sobre mi primer mes aquí, he aprendido a apreciar la cultura, el idioma y, sobre todo, a las personas que he conocido. ¡Es una aventura que definitivamente recomendaría a cualquiera!