Sobrevivió 27 horas nadando en el mar entre las islas de Tonga, tras ser arrastrado por las olas del tsunami provocado por la erupción submarina del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai. La historia de Lisala Folau parece sacada de una película de catástrofes de Hollywood (y puede que lo sea pronto).
Este carpintero de 57 años estaba pintando su casa en la isla de Atata el sábado 15 de enero cuando le sorprendieron las olas, a pesar de que su hermano y su sobrina habían llegado para avisarle.
La historia de la desventura de Lisala ‘Acquaman’ Folau
Al principio consiguió subirse a un árbol para escapar de la primera oleada que atravesó la sala. «Esta ola, según yo, no tenía menos de seis metros de altura […] Tengan en cuenta que soy discapacitado. No puedo caminar muy bien […] Creo que un niño puede caminar más rápido que yo», dijo a la CNN.
Cuando las olas parecían haber amainado, Lisala Folau bajó de la planta, pero en ese momento una nueva gran ola lo arrastró a mar abierto: «Conseguí mantenerme a flote, golpeado por las olas que seguían llegando». En ese momento no tenían puntos de apoyo, eran las siete de la tarde y estaba muy oscuro.
Lisala y su nieta flotaban, arrastradas por la corriente, llamándose la una a la otra. El hombre dijo que había nadado más de siete kilómetros hasta la costa de la isla de Tongatapu, donde desembarcó alrededor de las 10 de la noche del domingo.
Son prácticamente 27 horas en el mar. La hazaña se hizo viral en las redes sociales y Folau fue bautizado como «Aquaman», en honor al superhéroe de los cómics y las películas.
La situación en Tonga
Las islas del Pacífico han resultado gravemente dañadas por la violenta erupción de un volcán submarino el pasado sábado y el posterior tsunami. Hasta ahora, se han confirmado tres víctimas. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda ha declarado que se tardará al menos un mes en reparar el cable submarino que transporta las comunicaciones entre Tonga y el resto del mundo.
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