En la mañana del 27 de octubre de 2025, un terremoto de magnitud 6,5 sacudió la costa este de Guadalupe, un territorio francés de ultramar en el Caribe. Este sismo, ocurrido alrededor de las 8:30 a. m. (12:30 GMT), se registró a una profundidad de 9 kilómetros, con el epicentro ubicado a unos 160 kilómetros al este de la isla.
A pesar de la magnitud del temblor, las autoridades locales no reportaron daños materiales ni víctimas. Este es un alivio para los cerca de 400.000 habitantes que residen en la región. Tras el sismo, se emitió una alerta de tsunami, que fue retirada poco después. Sin embargo, el fenómeno fue seguido por réplicas de menor intensidad, con magnitudes de 6,0 y 5,4.
Impacto y respuesta del gobierno
Los sismos son una realidad en el Caribe, una región reconocida por su alta actividad sísmica debido a la interacción entre las placas tectónicas del Caribe y el Atlántico. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) proporcionó información crucial sobre este evento. Además, periodistas de la AFP informaron que el temblor se sintió en otras islas cercanas, como Martinica.
Historia sísmica de la región
El Caribe ha sido escenario de devastadores terremotos en el pasado, siendo uno de los más trágicos el de Haití en 2010, que dejó más de 200.000 muertos. Este reciente sismo en Guadalupe nos recuerda la fragilidad de la vida en áreas propensas a desastres naturales. A pesar de estas amenazas, la población ha demostrado una notable resiliencia y capacidad de recuperación.
Guadalupe: un paraíso natural
Este año es significativo para Guadalupe, ya que se cumplen 20 años desde que fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Este reconocimiento, otorgado el 25 de abril de 2005, busca proteger la rica biodiversidad marina y terrestre de la isla, que abarca una superficie total de 476.971 hectáreas, de las cuales 452.979 son zona marina.
En estas dos décadas, Guadalupe ha logrado conservar más de 600 hectáreas de ecosistemas forestales y chaparrales. Además, se han implementado proyectos de restauración ecológica. Desde 2014, las autoridades han trabajado en la conservación de suelos y en la prevención de incendios, para proteger tanto la flora como la fauna local.
Esfuerzos de conservación
Un logro destacado ha sido la protección de 62 hectáreas de zonas de anidación de aves marinas. Se han tomado medidas concretas, como la instalación de cercas temporales para excluir gatos ferales que amenazan estas áreas. Además, se han recuperado tres especies de pinnípedos: el lobo fino de Guadalupe, el lobo marino de California y el elefante marino. Estas especies ahora son objeto de monitoreo para evaluar su estado poblacional y las amenazas que enfrentan.
Otro aspecto importante es el seguimiento del tiburón blanco, un programa que lleva más de 13 años en marcha. Este monitoreo permite entender mejor la estructura y el comportamiento de esta especie en relación con el turismo, asegurando que las actividades humanas no interfieran con su hábitat natural.
Aunque el reciente terremoto no dejó consecuencias fatales, las autoridades continúan vigilando la situación con atención. La población de Guadalupe retoma sus actividades en un entorno que, a pesar de los riesgos, sigue siendo uno de los más biodiversos y protegidos del Caribe francés.
 
					 
			


