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Contexto de las tensiones
Las tensiones entre China y Taiwán han alcanzado un nuevo pico tras los recientes ejercicios militares realizados por el ejército chino cerca de la isla. Estos movimientos, que Beijing justifica como respuesta a lo que considera «separatismo» por parte del presidente taiwanés Lai Ching-te, han suscitado una fuerte reacción de Taiwán, que acusa a China de ser la verdadera provocadora en esta situación.
La narrativa de que Taiwán y China son partes de una única nación es un pilar de la política china, y cualquier intento de Taiwán de afirmar su independencia es visto como una amenaza directa.
Ejercicios militares y su impacto
El Ministerio de Defensa de Taiwán ha informado sobre la realización de «patrullas conjuntas de prontitud de combate» por parte de China, que incluyeron el despliegue de 54 aviones de guerra, entre ellos jatos J-10 y drones, en áreas cercanas a Taiwán.
Este tipo de actividad militar no es nueva, pero la frecuencia con la que se están llevando a cabo estas maniobras ha aumentado, con informes que indican que ocurren cada siete a diez días. La incursión de 42 aviones en la línea media del estrecho de Taiwán, una zona no oficial que actúa como un buffer entre ambos lados, es un claro indicativo de la escalada de tensiones.
Reacciones y consecuencias internacionales
La comunidad internacional observa con preocupación el aumento de las tensiones en el estrecho de Taiwán. El Consejo de Asuntos del Continente de Taiwán ha declarado que las acciones de Beijing están desestabilizando la paz regional y han instado a los países aliados a tomar medidas para frenar la expansión militar china.
A pesar de los esfuerzos de Taiwán por entablar un diálogo con China, estos han sido ignorados, lo que ha llevado a Lai a afirmar que solo el pueblo taiwanés tiene el derecho de decidir su futuro. La situación actual no solo afecta a Taiwán y China, sino que también tiene implicaciones para la seguridad en toda la región del Indo-Pacífico.
