Tensiones en Honduras: Recuento de Votos en las Elecciones Presidenciales Genera Controversia

La situación en Honduras atraviesa un momento de agitación, especialmente en la capital, Tegucigalpa, donde cientos de funcionarios electorales y representantes políticos se han congregado para llevar a cabo un recuento de votos. Este proceso responde a las denuncias de irregularidades surgidas tras las elecciones presidenciales del 30 de noviembre. En medio de este clima de tensión, las autoridades electorales enfrentan presiones tanto internas como externas.

El recuento manual de aproximadamente 2.800 actas con supuestas inconsistencias es fundamental para determinar quién será el ganador entre los principales candidatos. Por un lado, se encuentra Nasry Asfura, un candidato de derecha respaldado por el expresidente estadounidense Donald Trump, y por otro, el centroderechista Salvador Nasralla.

Desarrollo del recuento electoral

Desde el día de las elecciones, el proceso de conteo ha estado marcado por diversos problemas, incluidos fallos en los sistemas informáticos y la aparición de irregularidades. A pesar de que Asfura parecía tener una ventaja considerable, Nasralla ha logrado reducir la diferencia a pocos miles de votos en los últimos días. Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), con el 99.85% de las actas contabilizadas, la diferencia a favor de Asfura se ha reducido de más de 40,000 a 20,003 votos.

Controversias y tensiones en el proceso

El contexto se complica aún más debido a las denuncias formuladas por Nasralla y el partido gobernante Libertad y Refundación (Libre). Inicialmente, el CNE atribuyó la demora en el conteo a problemas técnicos, pero luego surgieron alegaciones de intentos de manipulación del software de transmisión de resultados. Esta situación ha generado un clima de desconfianza y ha llevado a Nasralla a solicitar una auditoría completa del proceso electoral.

A pesar de que algunos confían en que el recuento finalizará pronto, el CNE no ha establecido una fecha definitiva para la publicación de los resultados. La presión aumenta, especialmente tras la decisión del gobierno de Estados Unidos de revocar las visas de algunos funcionarios electorales acusados de obstaculizar el proceso.

Reacciones políticas y sociales

La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha denunciado intentos de golpe de estado, señalando al ex presidente Juan Orlando Hernández, quien ha sido condenado en Estados Unidos por narcotráfico. Castro alega que Hernández planea regresar al país para proclamar a Asfura como vencedor, lo que añade más tensión política. Sin embargo, Hernández ha rechazado estas acusaciones, afirmando que no hay intentos de alterar el orden constitucional.

Consecuencias de la intervención estadounidense

El recuento electoral ha sido afectado por la revocación de visas por parte del gobierno de Trump a funcionarios electorales. El Departamento de Estado de EE.UU. argumentó que estas acciones se debieron a la interferencia en los resultados electorales. La postura de Trump ha sido clara, advirtiendo que cualquier intento de manipulación de los resultados tendría serias repercusiones.

Las declaraciones de Trump han sido interpretadas como una injerencia por parte de los partidos políticos hondureños. El partido gobernante ha denunciado que las acciones de Trump, incluyendo el apoyo a Asfura y el indulto a Hernández, influyeron negativamente en la campaña electoral, generando un ambiente de desconfianza y polarización.

Situación actual y expectativas futuras

A medida que el proceso de recuento avanza, la incertidumbre persiste en las calles de Honduras. Las tensiones han provocado protestas en varias ciudades, donde la población exige transparencia y claridad en el proceso electoral. Mientras tanto, los líderes de los partidos opositores han instado a sus miembros a regresar al centro de conteo para garantizar que el proceso se lleve a cabo de manera justa.

El CNE tiene hasta el 30 de diciembre para presentar los resultados oficiales, y la presión está en aumento a medida que se acerca esta fecha límite. La presidenta Castro ha declarado que aceptará los resultados del recuento, independientemente de su contenido, lo que sugiere que, sin importar el desenlace, el futuro político de Honduras seguirá siendo incierto.