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Un cese al fuego que no se respeta
En un giro inesperado de los acontecimientos, el reciente acuerdo de cese al fuego parcial entre Vladimir Putin y Volodimir Zelenski parece estar en peligro. A pesar de que ambos líderes habían acordado una pausa de 30 días en los ataques a la infraestructura energética de Ucrania, los informes de ataques rusos en Kiev han comenzado a surgir casi de inmediato.
Este escenario plantea la pregunta: ¿realmente hay un compromiso por parte de Moscú para detener la violencia, o simplemente se trata de una táctica para ganar tiempo?
Intercambio de ataques y la realidad en el terreno
Las primeras horas tras el anuncio del cese al fuego estuvieron marcadas por un intercambio de ataques aéreos.
Ucrania afirmó haber derribado 72 de los 145 drones lanzados por Rusia, mientras que Moscú reportó haber abatido 57. Estos números, aunque significativos, no reflejan el uso de misiles de mayor alcance y letalidad, lo que sugiere que ambos lados están jugando con tácticas más limitadas.
Sin embargo, los objetivos de los ataques, que incluyeron una estación de energía y un hospital, indican que la guerra sigue siendo brutal y despiadada.
La postura de los líderes y la presión internacional
En medio de esta escalada, Zelenski ha denunciado los ataques rusos como una clara señal de que Moscú no tiene intención de cesar su ofensiva.
Mientras tanto, el presidente finlandés, Alexander Stubb, expresó su esperanza de que eventualmente se logre un cese al fuego duradero. Sin embargo, la situación se complica por la influencia de actores externos, como Donald Trump, quien ha sido criticado por su enfoque en las negociaciones, que parece favorecer a Putin.
La falta de claridad en los términos del cese al fuego ha dejado a ambos lados en una posición vulnerable, donde cada uno busca maximizar sus beneficios en un conflicto que ya ha durado más de tres años.