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Un inicio explosivo en la Cámara Baja
La reciente sesión especial en la Cámara de Diputados, convocada para discutir el decreto de necesidad y urgencia relacionado con la deuda del país con el Fondo Monetario Internacional, comenzó con un ambiente cargado de tensión.
Desde el primer momento, los legisladores mostraron su descontento y la falta de respeto mutua se hizo evidente. Germán Martínez, jefe del bloque de Unión por la Patria, recordó la polémica sesión anterior y se comprometió a no extenderse en sus intervenciones, pero el presidente de la cámara, Martín Menem, le pidió que se centrara en el trabajo y no en las quejas.
Intervenciones acaloradas y reproches
El cruce de palabras entre Martínez y Menem no fue un incidente aislado. A medida que avanzaba la sesión, otros diputados también se unieron al debate, elevando aún más el tono. Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda, criticó la represión de las marchas de jubilados y denunció el autoritarismo del gobierno, lo que provocó una respuesta inmediata de Menem, quien intentó mantener el orden.
Sin embargo, la situación se tornó caótica, con gritos y acusaciones cruzadas que reflejaban un clima de profunda división política.
La falta de respeto y el llamado a la calma
La diputada Cecilia Moreau también intervino, reprochando a Menem su falta de control sobre la sesión.
En medio de los abucheos y los gritos, la tensión se palpaba en el aire. A pesar de los intentos de Menem por restablecer el orden, los legisladores continuaron interrumpiéndose y descalificándose mutuamente. Este espectáculo lamentable no solo refleja la crisis política actual, sino también la creciente frustración de los ciudadanos con un sistema que parece incapaz de funcionar de manera efectiva.