El pasado jueves, en el marco de la celebración del Día de la Revolución, la presidenta Claudia Sheinbaum se dirigió a sus críticos y opositores. Este discurso se produce poco después de manifestaciones significativas en varias ciudades de México, donde se cuestionó la efectividad de su administración en la lucha contra la violencia y el crimen organizado.
Desde el emblemático Zócalo de la Ciudad de México, Sheinbaum enfatizó la importancia de rechazar cualquier discurso que promueva la violencia. En su intervención, afirmó: “Los que fomentan el odio están equivocados. Aquellos que creen que la fuerza puede sustituir a la justicia también se equivocan”.
Contexto de las protestas
La movilización del pasado sábado, convocada por un grupo autodenominado “Generación Z”, culminó en actos de violencia que incluyeron ataques a la policía. Este evento se produjo en un contexto de creciente crítica hacia el gobierno, especialmente tras el asesinato del alcalde Carlos Manzo, un firme defensor de la lucha contra el crimen organizado. En su discurso, Sheinbaum no solo se dirigió a estos eventos, sino también a las acusaciones sobre supuestos vínculos de su administración con el crimen organizado.
La visión de Sheinbaum sobre la Cuarta Transformación
En su discurso, Sheinbaum hizo un llamado a la Cuarta Transformación, un movimiento que busca justicia social y una democracia más inclusiva. Recordó hitos importantes de la historia mexicana, mencionando la lucha contra el dictador Porfirio Díaz y la promulgación de la Constitución de 1917, que, según ella, sigue siendo un referente en cuestiones de justicia social.
“Hoy el poder no se utiliza para someter, sino para servir”, afirmó, subrayando que su gobierno representa a todos los sectores de la sociedad, incluidos los jóvenes, las mujeres y las comunidades indígenas. En este sentido, Sheinbaum rechazó las afirmaciones de que su administración esté adormecida ante los problemas del país.
La respuesta a la oposición
Durante su alocución, también criticó a aquellos que buscan fomentar la violencia como medio de protesta. “No caeremos en provocaciones. La violencia no es el camino”, insistió. Enfatizó que la oposición tiene derecho a expresarse, pero que debe hacerlo de manera responsable y pacífica.
La realidad en las calles
Menos de una hora después de su discurso, se llevó a cabo una segunda marcha de la Generación Z, aunque con una participación mucho menor que la anterior, con aproximadamente 200 manifestantes. A pesar de que la marcha fue mayormente pacífica, se reportaron algunos incidentes menores de violencia, lo que llevó a la policía a establecer perímetros de seguridad para evitar enfrentamientos.
Uno de los manifestantes, Neptalí Roa, expresó que la represión durante la primera marcha fue un factor determinante en la baja asistencia a la protesta del jueves. En su opinión, la administración de Sheinbaum está “asustada” y no quiere escuchar a la gente, lo que contrasta con la narrativa de la presidenta sobre la inclusión y el diálogo.
Mirando hacia el futuro
Claudia Sheinbaum, al concluir su discurso, manifestó su intención de organizar un mitin en diciembre para conmemorar los siete años de la Cuarta Transformación. Esto, según ella, es un momento de celebración por los logros alcanzados en su gobierno, como el aumento de la inversión extranjera y el acceso a pensiones universales para adultos mayores.
“Hay mucho que celebrar”, declaró, sugiriendo que la mayoría de la población apoya la transformación que su administración está llevando a cabo. Mientras tanto, continúa la conversación sobre cómo lograr un México sin narcos, un objetivo que muchos de los manifestantes también comparten.


