Shakira desata emociones en su gira 2025, cautivando a millones de fans

En el corazón del Hard Rock Stadium de Miami, un mensaje se encuentra pegado a la puerta de la oficina de producción de Shakira: «Por favor, regresa más tarde… a menos que realmente estés en llamas». Una nota que, más que un simple aviso, refleja la presión que siente un equipo que organiza uno de los mayores espectáculos del año. Con 64 funciones agotadas en América del Norte y del Sur, la estrella ha atraído a más de dos millones de seguidores. «He trabajado más de un año, perfeccionando cada detalle del espectáculo, así que esto es realmente una recompensa increíble», expresa Shakira.

Un ambiente profesional y sorprendente

El ambiente en los camerinos está lejos del caos que uno podría imaginar. No hay gritos ni nervios alterados antes del espectáculo, solo una calma profesional. Los bailarines se estiran en los pasillos, las modistas cosen cristales en los trajes y los técnicos afinan las guitarras. Sin embargo, si uno se queda un poco más, se entera de curiosidades sorprendentes de la gira. «Viajamos con dos lavadoras y dos secadoras que conectamos en cada lugar», cuenta Hannah Kinkade, encargada del vestuario, quien tiene a su cargo unos 300 trajes. Cada atuendo debe estar fresco antes de cada show, ya que «Shakira baila con mucha intensidad y los bailarines también».

El momento cumbre del espectáculo

En el escenario, la artista llega puntual, acompañada por una escolta policial, lista para brillar. Con jeans plateados y una camiseta blanca, no puede evitar moverse al ritmo de la música mientras evalúa el lugar. «Vine aquí para el concierto de Beyoncé y fue impecable, así que mejor que me hagan sonar así», bromea. Pero no es solo una broma; todos saben que la perfección es su estándar. «Cuando ella sale, está lista, su personaje está presente y da todo», dice Darina Littleton, su bailarina principal.

El recorrido emocional de Shakira

La gira, titulada «Las Mujeres Ya No Lloran», refleja una etapa de intensa transformación personal para Shakira. Su separación del futbolista Gerard Piqué, la cirugía de emergencia de su padre y acusaciones de fraude fiscal en España marcaron un periodo de crisis. «Muchos de ustedes saben que los últimos años no han sido fáciles para mí. Pero, ¿quién no ha tenido caídas aquí y allá?», dice en el escenario. Esta turbulencia la llevó a una explosión creativa que la ha colocado de nuevo en el centro de la conversación cultural tras siete años de silencio musical.

Reflexiones sobre su vida y carrera

A medida que avanza el espectáculo, Shakira recuerda la difícil decisión de mudarse a Estados Unidos a los 19 años, rodeada de diccionarios de español-inglés. «En ese momento no tenía Google o ChatGPT, así que todo era muy precario. Me sumergí en la poesía y empecé a leer a Leonard Cohen y Bob Dylan para entender cómo funciona el idioma en las canciones». Esta reflexión se intensifica cuando habla de su experiencia como inmigrante y la actual situación en el país. «Ahora, más que nunca, debemos permanecer unidos y levantar nuestras voces», afirma, en un mensaje directo a sus seguidores latinos.

Un lazo emocional con su audiencia

En Miami, el público es una mezcla de generaciones, con madres e hijas cantando juntas clásicos de los 90. Uno de los momentos más emotivos llega con «Acróstico», una balada que escribió para sus hijos, donde ellos aparecen en pantallas, cantando junto a su madre. «Mi corazón se derrite cada vez que los veo en esa pantalla», confiesa. Esta es la primera vez que sus hijos tienen la edad suficiente para ver a su madre en el escenario, y aunque están emocionados, también se preocupan por el desempeño de su madre.

¿Y qué sigue para la gira?

Con un espectáculo que dura dos horas y media, lleno de éxitos bilingües y un sinfín de movimientos, la pregunta en la mente de muchos es: ¿llegará la gira a Europa? «Tienen que estar atentos. Aún no podemos dar fechas, pero estamos cerca de anunciarlo. Quiero compartir este show con mis fans de todo el mundo», responde Shakira con una sonrisa.