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Se somete a un test de Covid y descubre que tiene un juguete metido en la nariz desde hace 37 años

Se somete a un test de Covid y descubre que tiene un juguete metido en la nariz desde hace 37 años

Una mujer lleva 37 años con un juguete en la nariz: se lo metió de pequeña y lo olvidó por completo.

Se somete a un test de Covid y descubre que tiene un juguete metido en la nariz desde hace 37 años

Cuando la enfermera le hizo la prueba de Covid, descubrió que estaba obstruida. Los médicos lograron extraer el juguete con una operación quirúrgica.

Aunque la historia es increíble, esto es lo que le ocurrió a Mary McCarthy. En 1984, la mujer de ocho años se introdujo un pequeño juguete en la fosa nasal y nunca lo retiró. Era un peón en el juego de las «pulgas», en el que se hacen saltar pequeños discos de plástico, colocados en el suelo, con la ayuda de un disco más grande, con el objetivo de hacerles seguir una trayectoria precisa.

Sin embargo, por miedo a ser regañada por sus padres, la pequeña María no dijo nada de lo sucedido, llevando un secreto y un juguete en la nariz para el resto de su vida. Con el paso de los años, María se olvidó de aquel trozo de plástico en sus fosas nasales. Pero hace unos meses, la ahora mujer de 45 años comenzó a tener extrañas hemorragias nasales, como si tuviera un constante y muy molesto resfriado.

Cuando la enfermera le hizo la prueba descubrió que estaba obstruída

Lo primero que pensó fue tomar una muestra para asegurarse de que las molestias no estaban relacionadas con el virus Covid-19. Cuando la enfermera introdujo el hisopo en su fosa nasal, notó que su nariz estaba tapada y no por flemas. Además, el procedimiento causó a la mujer un dolor muy intenso. Así que, gracias a una operación quirúrgica, los médicos finalmente extrajeron la pequeña pieza de plástico amarilla de la nariz de Mary.

Al verlo, la mujer de 45 años recordó y relató todo el asunto de cuando era niña. «Una vez que inhalé accidentalmente ese trozo y estaba demasiado asustada para decírselo a mi madre, estaba aterrorizada, me preguntaba a dónde había ido a parar. Ahora también comprendo por qué con el tiempo tuve algunas dificultades menores para respirar por la nariz«, dijo.

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