La reciente revocación de mandato en Hidalgo ha suscitado un amplio debate sobre su efectividad y la participación ciudadana en el proceso democrático. Algunos consideran esta herramienta esencial para empoderar a los ciudadanos, mientras que otros critican su implementación y la falta de respaldo institucional. Este fenómeno se ha evidenciado con la convocatoria para evaluar la gestión del gobernador Julio Menchaca Salazar, la cual no logró reunir el número necesario de firmas para proceder.
El cierre del plazo para reunir apoyos reveló que, de las 236,529 firmas requeridas, solo se recolectaron aproximadamente 7,600, lo que representa un escaso 3.2% del total necesario. Este hecho pone de manifiesto no solo la falta de apoyo político, sino también la ineficiencia de la legislación estatal que no ha incentivado adecuadamente la participación ciudadana en estos procesos.
Desafíos en la recolección de firmas
La organización Izquierda Unida Hidalguense, que promovió la revocación del mandatario, expuso que su esfuerzo por recolectar firmas fue obstaculizado por la falta de difusión y apoyo de las instituciones pertinentes. El líder de la asociación, Tonatiuh Herrera Gutiérrez, destacó que, a pesar de reunir más de 9,000 firmas con recursos limitados, el proceso se vio afectado por la falta de promoción del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH) y otros organismos.
La importancia de la participación ciudadana
Herrera Gutiérrez argumentó que el éxito de la revocación de mandato depende en gran medida de la voluntad política y de la promoción de este derecho por parte de las instituciones. En su opinión, todos los derechos ciudadanos deben ser ampliamente difundidos y protegidos para que su ejercicio sea efectivo. La escasa promoción y el poco tiempo disponible para la recolección de firmas generaron un clima de desconfianza y desinterés entre la población.
Además, la organización identificó varios obstáculos que enfrentaron, como la exclusión de adultos mayores en el uso de tecnología, la desinformación y el temor a represalias por parte de funcionarios del gobierno. Este contexto resalta la necesidad de legislar mecanismos más accesibles y efectivos que faciliten la participación ciudadana.
Perspectivas para el futuro de la revocación de mandato
A pesar de los desafíos, la revocación de mandato posee un potencial significativo para fortalecer la democracia en México. Para lograrlo, es fundamental crear un marco que considere aspectos como la reducción del umbral de firmas necesarias y la promoción activa de este derecho en los medios de comunicación. Todo ello podría contribuir a construir un entorno de confianza y participación entre los ciudadanos.
Reformas necesarias en la legislación
La actual legislación sobre revocación de mandato ha sido calificada como incompleta por diversos actores políticos. Se requiere un análisis más profundo sobre cómo llevar a cabo estos procesos, considerando que el porcentaje de apoyo ciudadano necesario para la revocación federal es menor (3% del listado nominal) en comparación con el estatal. Esto indica que hay margen para mejorar y adaptarse a las necesidades de la población.
La propuesta de incluir una boleta para la revocación de mandato en futuras elecciones podría ser un camino viable. Herrera Gutiérrez sugiere que, en lugar de recolectar firmas de manera independiente, se podría evaluar la gestión de los gobernantes durante una fecha electoral, lo que podría acortar el proceso y fomentar una mayor participación.
Finalmente, la revocación de mandato no solo es un mecanismo de control político, sino también un medio para que los ciudadanos expresen su opinión sobre el desempeño de sus gobernantes. Aunque el primer intento en Hidalgo no haya tenido éxito, es crucial seguir perfeccionando este instrumento democrático para que realmente contribuya a la lucha contra la corrupción y fomente un gobierno más responsable y transparente.



