La revocación de mandato se presenta como una herramienta fundamental en la democracia participativa, otorgando a los ciudadanos el poder de evaluar la gestión de sus líderes y decidir si deben continuar en sus funciones. Sin embargo, en el contexto de Hidalgo, este proceso enfrenta una serie de desafíos que amenazan su efectividad. Desde la escasa recolección de firmas hasta la falta de conocimiento sobre el procedimiento, las barreras son significativas.
Desde el año 2025, la legislación local establece que para convocar un proceso de revocación de mandato, se necesita el respaldo del 10% del listado nominal, lo que equivale a aproximadamente 236 mil 396 firmas. Estas deben provenir de al menos 43 municipios diferentes. Sin embargo, el último informe del Instituto Estatal Electoral, fechado el 3 de noviembre, revela que solo se han recolectado 1,665 firmas, lo que representa un preocupante 0.7% del total requerido.
Obstáculos en la recolección de firmas
La escasa cantidad de firmas recolectadas podría interpretarse como una falta de interés por parte de la ciudadanía. No obstante, es esencial considerar otros factores más profundos que limitan este ejercicio democrático. La recolección de firmas exige una organización sólida, recursos económicos, redes de apoyo político, generación de información clara y, sobre todo, la capacidad de movilización de la ciudadanía.
Desafíos organizativos y comunicativos
Uno de los principales obstáculos es el elevado número de firmas requeridas, lo que implica la necesidad de una considerable inversión de recursos. La diversidad geográfica del estado de Hidalgo agrava esta situación, ya que la recolección debe abarcar un amplio espectro de localidades. Además, la falta de un plan de comunicación efectivo ha dificultado que la población comprenda el proceso de revocación de mandato, su objetivo y los beneficios que podría traer.
El resultado es que muchos ciudadanos no están al tanto de qué significa realmente este procedimiento. La falta de información genera confusión y desinterés, lo que se traduce en una escasa participación en la recolección de firmas. Es fundamental que se implementen estrategias de comunicación claras y accesibles para fomentar una mayor implicación de la ciudadanía.
La importancia de un ecosistema participativo
La democracia participativa no se limita a la existencia de herramientas como la revocación de mandato. Para que estas sean efectivas, deben encontrarse en un ecosistema político y social que las respalde. La voluntad de los actores políticos es crucial para impulsar estos mecanismos y garantizar que realmente sirvan para acercar a la población al poder.
El lento avance en la recolección de firmas no puede ser considerado simplemente un problema administrativo. Más bien, es una clara señal de que, si no se abordan las brechas organizativas, informativas y políticas, los mecanismos diseñados para empoderar a la ciudadanía pueden terminar siendo ineficaces.
El riesgo de un proceso vacío
Si la situación continúa así, la revocación de mandato en Hidalgo podría convertirse en un mero trámite legal. Esto significaría que, aunque se sigan los procedimientos establecidos, el ejercicio carecería de sustancia y no contribuiría a fortalecer la democracia ni a crear contrapesos ciudadanos. Esta dinámica perpetúa la narrativa de que estos mecanismos no tienen utilidad, lo que, a su vez, puede llevar a una mayor apatía democrática entre la población.
Es imperativo reflexionar sobre esta problemática, ya que el destino de la revocación de mandato en Hidalgo tiene implicaciones más amplias sobre la calidad de la democracia en el estado. Si se desea que este instrumento funcione como un verdadero medio de participación, será necesario eliminar las barreras existentes y fomentar un ambiente donde los ciudadanos se sientan motivados a involucrarse activamente.


