Retos y oportunidades en la próxima revisión del T-MEC para México

La inminente revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) genera un cúmulo de expectativas, pero también plantea interrogantes incómodos. ¿Estamos realmente preparados para los desafíos que se avecinan en 2026? En este artículo, desglosaremos los elementos críticos que rodean esta revisión y su posible impacto en el clima de inversión en México.

Desmitificando el T-MEC: ¿qué dicen los números?

Al hablar de tratados comerciales, es fácil dejarse llevar por la retórica optimista. Sin embargo, los datos cuentan una historia diferente. En el ciclo anterior del T-MEC, se esperaba un aumento en la inversión extranjera directa, pero la realidad fue más compleja. Los números revelan que el churn rate de las inversiones fluctuó considerablemente, y muchas empresas optaron por retirarse del mercado mexicano debido a la incertidumbre política y económica. Ahora, con la revisión programada para enero de 2026, es esencial evaluar cómo las relaciones bilaterales podrían influir en la rentabilidad y el costo de adquisición de clientes (CAC) en el contexto actual.

Marcelo Ebrard ha mencionado que la relación con la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos es cercana; sin embargo, los antecedentes indican que esta cercanía no siempre se traduce en resultados positivos. Las tensiones comerciales anteriores han afectado la percepción de México como un destino seguro para invertir, lo que se refleja en las bajas tasas de valor de tiempo de vida (LTV) de muchas empresas que operan en el país.

Lecciones de la historia: ¿qué podemos aprender?

Las experiencias pasadas son un buen indicador de lo que podría suceder. He visto demasiadas startups fallar por no anticiparse a los desafíos del mercado. Por ejemplo, la implementación de nuevas regulaciones, aunque bien intencionadas, puede desincentivar a los inversores. Durante la administración de Donald Trump, se propusieron cambios significativos que, si se reintroducen, podrían complicar aún más la situación.

En este contexto, las conversaciones frecuentes entre funcionarios mexicanos y estadounidenses pueden ser un arma de doble filo. Aunque la comunicación abierta es esencial, también puede dar lugar a malentendidos que erosionen la confianza. La clave está en establecer una visión compartida sobre la seguridad de las cadenas de suministro y la competitividad regional.

Próximos pasos y estrategias para el futuro

De cara a la revisión del T-MEC, es fundamental que México adopte un enfoque proactivo. El Plan México, que busca aumentar la organización productiva y reducir la dependencia de Asia, es un paso en la dirección correcta. Sin embargo, esto debe ir acompañado de medidas concretas que aseguren que los centros de desarrollo anunciados realmente atraigan inversiones.

Crear un entorno que favorezca la sostenibilidad del negocio es esencial. Las empresas deben estar preparadas para adaptarse a las nuevas realidades del mercado y ser flexibles ante cambios inesperados. Esto incluye una evaluación constante del burn rate y la optimización de recursos para asegurar que la inversión en México no solo sea atractiva, sino también viable a largo plazo.

Conclusión: ¿qué esperar en la revisión del T-MEC?

En resumen, la próxima revisión del T-MEC representa una oportunidad que no debemos dejar pasar, pero que también conlleva riesgos significativos. La clave será nuestra capacidad para enfrentar estos desafíos con datos y estrategias concretas. La experiencia nos ha enseñado que, aunque las relaciones comerciales son cruciales, el éxito radica en la capacidad de adaptarse y evolucionar. Con un enfoque en el product-market fit y la sostenibilidad, podemos navegar por este proceso y salir fortalecidos.

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