La industria maquiladora en Baja California ha enfrentado retos significativos en los últimos años, especialmente tras el impacto de la pandemia. Con un contenido nacional que apenas llega al 3% en su cadena de suministro, surge una pregunta crucial: ¿estamos destinados a depender de proveedores extranjeros indefinidamente? La realidad es que el momento actual nos invita a replantear cómo operan estas empresas, y un enfoque en la proveeduría local podría ser la clave para un futuro más sostenible.
¿Dependencia del extranjero? Es hora de un cambio
Federico Serrano Bañuelos, presidente de Index Zona Costa, ha señalado que la industria se ha acomodado en una zona de confort, dependiendo de otros países por costos y logística. Pero, ¿qué ha pasado en la pandemia? Nos ha mostrado la vulnerabilidad de este modelo. Las empresas deben reflexionar: ¿qué pasaría si el suministro se interrumpe de nuevo? Este ha sido un llamado urgente para reconsiderar la estrategia de abastecimiento.
En Baja California, ya existen proveedores en sectores clave como el empaque, la electrónica, los plásticos, la metalmecánica y los dispositivos médicos. Esto indica que hay una base sobre la cual construir una cadena de suministro más robusta. Sin embargo, tener proveedores locales no es suficiente; es fundamental que estos cuenten con las certificaciones necesarias, la maquinaria adecuada y acceso a financiamiento y talento humano.
El desafío es monumental, ¡pero no imposible! Las micro, pequeñas y medianas empresas deben ser el foco de atención si queremos incrementar el contenido nacional dentro de la cadena de suministro. Sin un enfoque claro en fortalecer estas empresas, es probable que ese estancamiento del 3% se convierta en una realidad permanente.
Colaboración: el motor del cambio
Uno de los pilares para lograr esta transformación es la colaboración efectiva entre el sector privado y el gobierno. La creación de sinergias puede facilitar un ecosistema más sólido que apoye a las empresas locales. Esto no solo implica establecer incentivos fiscales o programas de financiamiento, sino también desarrollar iniciativas de capacitación que preparen a los trabajadores para las nuevas exigencias del mercado.
Además, implementar políticas que fomenten la innovación y la digitalización podría ser un gran paso hacia adelante. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, adoptar nuevas herramientas y procesos puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Las empresas deben estar dispuestas a invertir no solo en tecnología, sino también en capacitar a su personal para utilizar estas herramientas de manera efectiva.
Lecciones aprendidas y pasos a seguir
La experiencia de muchas startups nos enseña que la clave del éxito radica en un enfoque estratégico que priorice el product-market fit (PMF) y la sostenibilidad del negocio. He visto demasiadas empresas fracasar por no entender su mercado y no adaptarse a las necesidades de sus clientes. Las lecciones aprendidas son claras: es esencial conocer a fondo a los clientes y ofrecerles soluciones que realmente resuelvan sus problemas.
Para fundadores y gerentes de producto, la tarea no es sencilla, pero hay medidas concretas que se pueden tomar. Primero, es vital hacer un análisis de la cadena de suministro actual y detectar las áreas donde se puede aumentar el contenido nacional. Segundo, fomentar la colaboración con otras empresas puede abrir puertas a oportunidades de manufactura compartida y mejorar las economías de escala.
Finalmente, no subestimen el poder de los datos. Utilizar métricas como el churn rate, LTV y CAC puede ofrecer una visión clara de la salud del negocio y ayudar a tomar decisiones informadas. La sostenibilidad de la industria maquiladora en Baja California dependerá de un enfoque claro y de la voluntad de adaptarse a un nuevo entorno económico.