Un panorama del comercio bilateral
La relación comercial entre Argentina y Estados Unidos ha sido históricamente compleja, marcada por fluctuaciones en las políticas arancelarias y cambios en la economía global. Según un informe reciente de AmCham Argentina, Estados Unidos se posiciona como el principal inversor extranjero en el país, representando un 18% del total de inversiones, lo que equivale a más de 165.000 millones de dólares. Sin embargo, la balanza comercial ha sido desfavorable para Argentina, con un déficit promedio de 2.700 millones de dólares anuales entre 20.
En 2024, se observó un cambio positivo con un superávit de 302 millones de dólares, impulsado por una caída en las importaciones y un leve crecimiento en las exportaciones. Este cambio es significativo, ya que podría influir en las decisiones futuras de políticas arancelarias por parte de la administración estadounidense.
Impacto de las políticas arancelarias
Las decisiones del presidente Donald Trump, como el aumento de aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio, han generado preocupación en sectores exportadores argentinos. Aunque el comercio bilateral no ha sido gravemente afectado hasta ahora, estas medidas podrían representar una amenaza a corto plazo. Argentina, que impone un 6,4% de aranceles sobre las importaciones estadounidenses, se encuentra en una posición más proteccionista en comparación con Estados Unidos, que aplica un promedio de 1,2% a los productos argentinos.
Los sectores más impactados incluyen el agroindustrial, los textiles y los metales, donde las diferencias arancelarias son notables. La administración actual busca establecer un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, lo que podría facilitar un entorno más favorable para el comercio bilateral.
Oportunidades de crecimiento y desafíos
AmCham destaca varias oportunidades para el crecimiento del comercio entre Argentina y Estados Unidos. La revisión de aranceles al biodiesel podría reactivar exportaciones valoradas en más de 1.200 millones de dólares anuales. Además, la reincorporación al Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) facilitaría el acceso a mercados clave, mientras que la expansión de exportaciones agroindustriales, como carne bovina y vinos, tiene un alto potencial en el mercado estadounidense.
No obstante, los desafíos son significativos. La alta presión impositiva, las restricciones cambiarias y la necesidad de mejorar la infraestructura logística son factores que afectan la competitividad de las empresas argentinas. Para fortalecer la relación comercial, es crucial avanzar en la reducción de barreras comerciales y consolidar acuerdos estratégicos, así como mejorar el clima de negocios en Argentina.



