Reforma tributaria en Brasil: un cambio radical en la recaudación fiscal

Un nuevo enfoque fiscal en Brasil

La reciente reforma tributaria en Brasil, sancionada por el presidente Lula, marca un hito en la manera en que se gestionan los impuestos sobre el consumo. Con la implementación de la CBS (Contribución sobre Bienes y Servicios) y el IBS (Impuesto sobre Bienes y Servicios), el país se adentra en un sistema fiscal que promete eliminar el efecto cascada de la acumulación de impuestos a lo largo de las cadenas de producción y distribución. Este cambio es crucial para facilitar la vida de las empresas y consumidores, quienes a menudo se ven atrapados en un laberinto de impuestos que incrementan el costo final de los productos.

La innovación del IVA brasileño

Según Nelson Machado, director del Centro de Cidadanía Fiscal, la nueva estructura permitirá que el crédito fiscal sea automático en cada etapa de la cadena de valor. Esto significa que las empresas podrán recuperar el impuesto pagado en etapas anteriores de manera más eficiente. Este modelo innovador de IVA, que se implementará a partir de 2027, es un paso audaz hacia la modernización del sistema tributario brasileño. «El derecho al crédito es pleno y está vinculado a que este tributo haya sido efectivamente recaudado en la etapa anterior», explica Machado, subrayando la importancia de la transparencia en el proceso.

Centralización y transparencia en la recaudación

Una de las características más destacadas de esta reforma es la centralización de la recaudación del IBS, que será gestionada por un Comité Gestor. Esto permitirá una distribución más equitativa de los recursos entre estados y municipios, eliminando la competencia desleal que ha caracterizado la guerra fiscal en Brasil. Machado señala que, al centralizar la recaudación, se garantiza que los créditos acumulados sean devueltos a las empresas de manera efectiva. «Cuando la recaudación es centralizada, el crédito no se pierde en el camino, sino que se mantiene disponible para las empresas que lo soliciten», afirma.

El fin de la guerra fiscal

La reforma también aborda el problema de la guerra fiscal, donde los estados compiten por atraer inversiones ofreciendo incentivos fiscales. Con la CBS y el IBS cobrados en el destino del bien o servicio, se elimina el incentivo para que los estados ofrezcan beneficios que desestabilizan la economía. «Esto mata la guerra fiscal, ya que no habrá más razones para que los estados compitan de manera desleal», comenta Machado. Este cambio no solo beneficiará a las empresas, sino que también proporcionará una mayor estabilidad económica a largo plazo.

Desafíos y oportunidades para las empresas

A pesar de los beneficios, la reforma también presenta desafíos, especialmente para las pequeñas empresas que operan bajo el régimen del Simples Nacional. Estas empresas no tendrán derecho a la neutralidad tributaria, lo que significa que no podrán recuperar créditos sobre los impuestos pagados en etapas anteriores. Sin embargo, existe la posibilidad de que transfieran créditos a empresas bajo el régimen del IVA, lo que podría abrir nuevas oportunidades de colaboración y crecimiento. La implementación de un sistema de split payment, similar a un sistema de pagos electrónicos, promete facilitar aún más este proceso, permitiendo que las empresas reciban créditos de manera rápida y eficiente.