Introducción al estilo de vida dividido
En 2005, cuando mi esposo y yo adquirimos una antigua casa de adobe en el centro de Guanajuato, imaginé que nos retiraríamos aquí lo más pronto posible. Sin embargo, la vida tenía otros planes. Mi negocio de consultoría y capacitación requería mi presencia en California, lo que complicó nuestras intenciones originales.
La vida en Eureka, donde residimos, ofrece su propia magia. Nuestro apartamento está a solo una cuadra de la bahía, un lugar donde disfrutamos explorando sus remolinos y marinas. Yo navego en paddleboard mientras Barry se desliza en su kayak. Además, disfrutar de escapadas en nuestra furgoneta por el norte de California y el sur de Oregón es parte de nuestra rutina.
Consideraciones sobre el envejecimiento y la accesibilidad
Ahora que Barry tiene 82 años y yo tengo 73, nos preguntamos cuánto tiempo más podremos mantener este estilo de vida. Las empinadas callejuelas de Guanajuato no son precisamente amigables para los ancianos. Decidí consultar a otros que, como nosotros, viven entre dos lugares, para entender mejor las ventajas y desventajas de este estilo de vida.
Richard y Reggie, quienes han residido en Seattle durante 39 años, han visto muchos cambios en la ciudad, pero disfrutan de su tiempo en Guanajuato, especialmente durante los largos y oscuros inviernos de Seattle. “La cultura, el clima y la amabilidad de la gente son incomparables”, afirma Richard. Ellos también alquilan en Guanajuato, prefiriendo no tener más de una vivienda.
Historias de otros expatriados
Las historias de expatriados son diversas. Susan, una agente inmobiliaria jubilada, pasa aproximadamente cinco meses al año en San Miguel de Allende, ya que ama su hogar en el norte de California y disfruta de la cercanía con su familia. Maureen, consultora en Long Beach, también pasa parte de su tiempo en Guanajuato, donde puede explorar sin las responsabilidades de su hogar habitual.
En Guanajuato, muchos encuentran una libertad que les permite disfrutar de la vida de manera más sencilla. “Hago caminatas más a menudo y leo más en Guanajuato”, dice Maureen, destacando que en casa no se permite esos lujos. Diane, una canadiense, se sumerge en la cultura mexicana viviendo en un barrio de León, donde se siente parte de una familia extendida.
Desafíos de dividir el tiempo entre dos lugares
Sin embargo, no todo es perfecto. Los expatriados enfrentan desafíos logísticos y emocionales. Por ejemplo, Martine menciona que viajar con sus perros a Vancouver es costoso y complicado. Spike y Jacquie, que dividen su tiempo entre Bend y Guanajuato, encuentran agotador el viaje de 12 a 14 horas cada vez que se trasladan.
Otro punto a considerar es el aspecto emocional. Muchos, como Rachel, que se trasladó de Vancouver, extrañan la cercanía de amigos de toda la vida. Lee, de Nueva York, también siente la falta de sus seres queridos, aunque disfruta del clima más cálido y un costo de vida más accesible en México.
Reflexiones finales sobre el futuro
A medida que avanzamos en la vida, las decisiones sobre dónde vivir se vuelven más complejas. Algunos, como Jack, consideran mudarse a México de forma permanente para acceder a un cuidado de salud más asequible. Con el clima político en EE.UU. cambiando, muchos están abiertos a nuevas oportunidades.
En mi caso, aunque no tengo una respuesta clara sobre mi futuro, reconozco que Guanajuato es un lugar vibrante que promueve un estilo de vida activo y saludable. A medida que las circunstancias cambian, la flexibilidad y la adaptación serán clave para enfrentar lo que venga.