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La controversia desatada por Domínguez
Recientemente, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, hizo una comparación que ha generado un fuerte rechazo en el ámbito deportivo y social. Durante una declaración, afirmó que una Copa Libertadores sin clubes brasileños sería como «el Tarzán sin la Chita».
Esta frase ha sido interpretada como un comentario racista, lo que ha llevado a la diputada federal Érika Hilton a reaccionar de inmediato. Hilton, representante del PSOL en São Paulo, no dudó en calificar las palabras de Domínguez como ofensivas y despectivas, argumentando que comparan a los brasileños con simios, un estereotipo racista que no tiene cabida en el deporte ni en la sociedad.
Denuncias y acciones legales
Hilton ha llevado su denuncia al Itamaraty, solicitando que Domínguez sea considerado «persona non grata» en Brasil. En sus declaraciones, enfatizó que es inaceptable que alguien en una posición de poder en el deporte haga comentarios que perpetúan el racismo.
«Es absurdo que estas palabras provengan de alguien que debería promover el respeto y la inclusión en el deporte», afirmó Hilton. Su postura ha resonado entre muchos que consideran que el racismo en el fútbol debe ser erradicado de manera efectiva y urgente.
Reacciones del Ministerio del Deporte
El Ministerio del Deporte de Brasil también se pronunció en contra de las declaraciones de Domínguez, publicando una nota de repudio. En ella, se señala que las autoridades de la Conmebol han fallado en implementar medidas efectivas para prevenir el racismo en los partidos que organizan.
La nota destaca la necesidad de combatir la impunidad y responsabilizar a quienes perpetúan actos racistas en el fútbol. Esta situación ha llevado a un llamado a la acción por parte de varios senadores, incluido Carlos Portinho, quien ha solicitado un voto de repudio contra Domínguez y la Conmebol.
El impacto del racismo en el deporte
El caso de Domínguez no es un incidente aislado. El racismo en el fútbol sudamericano ha sido un tema recurrente, con numerosos casos de abuso y discriminación que han salido a la luz. La comunidad futbolística y los aficionados están cada vez más conscientes de la necesidad de un cambio. La presión para que las organizaciones deportivas tomen medidas concretas contra el racismo está creciendo, y las declaraciones de figuras como Hilton y las acciones del Ministerio del Deporte son pasos importantes en esta lucha. La sociedad exige un fútbol más inclusivo y respetuoso, donde todos los jugadores, sin importar su origen, sean tratados con dignidad.
