Table of Contents
Un día caluroso y lleno de tensiones
En medio de un calor agobiante y cortes de energía que afectaron el funcionamiento de varios semáforos, un grupo de manifestantes de izquierda se unió a la barrabrava del club Chacarita en una marcha de jubilados en Buenos Aires.
La jornada, marcada por la tensión, se intensificó cuando los manifestantes intentaron cortar el tránsito en la esquina del Congreso, lo que llevó a un despliegue rápido de las fuerzas de seguridad federales para evitar el bloqueo de las calles.
Disturbios y enfrentamientos
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, la movilización se tornó caótica. Con pancartas en mano, los manifestantes se instalaron en la avenida Entre Ríos, pero la situación se complicó con disturbios y empujones. Algunos de los presentes fueron rociados con gas pimienta, lo que generó quejas ante las cámaras de televisión, quienes denunciaron el «operativo antipiquetes».
La presencia de figuras políticas como el diputado Nicolás del Caño y el dirigente Eduardo Belliboni, junto a unos treinta hinchas de Chacarita, añadió un componente inesperado a la protesta.
La voz de los hinchas y su apoyo a los jubilados
La barrabrava, conocida por su lealtad al club, se unió a la causa de los jubilados, motivados por el pedido de Carlos, un jubilado fanático del club. Jorge Fedes, uno de los hinchas, expresó que su presencia era un acto de solidaridad, destacando que «este hombre puede ser mi papa, mi abuelo, mi tío se merece nuestro acompañamiento más allá de la casaca».
La situación se tornó aún más intensa cuando los hinchas, en un tono de cántico, advirtieron que «si tocan a los viejos, que quilombo se va a armar». Este tipo de manifestaciones pone de relieve la intersección entre el deporte y la política, donde los hinchas no solo apoyan a su equipo, sino también luchan por los derechos de los más vulnerables.