El pasado domingo 14 de diciembre, la playa de Copacabana se convirtió en un escenario de protesta albergando a numerosos artistas que se unieron para expresar su rechazo a un proyecto de ley que podría reducir las penas impuestas a figuras políticas como Jair Bolsonaro, condenadas por su papel en el intento de golpe de estado del 8 de enero. Con Caetano Veloso a la cabeza, el evento, titulado ‘Ato Musical 2: O Retorno’, reunió a un elenco estelar de la música popular brasileña.
Un llamado a la acción
La convocatoria, impulsada por movimientos de izquierda y celebridades, busca no solo protestar contra la ley de dosimetría, sino también reclamar el regreso del Congreso a las manos del pueblo. En este contexto, artistas como Gilberto Gil, Chico Buarque y Fafá de Belém se sumaron al evento, que también incluyó discursos de legisladores como Jandira Feghali y Talíria Penone.
La música como herramienta de protesta
La música fue el vehículo principal de esta manifestación. Caetano Veloso, vestido con una camisa verde y pantalones amarillos, abrió el acto interpretando clásicos como ‘Alegria, Alegria’ y ‘Gente’. Su mensaje fue claro: “Pelo Brasil com respeito”, a lo que la multitud respondió con gritos de ‘sin amnistía’. La energía del público se mantuvo alta mientras otros artistas tomaban el escenario, cada uno aportando su voz a la causa.
Artistas en el escenario, voces del pueblo
Tras la actuación de Caetano, otros músicos continuaron el espectáculo. Duda Beat inició su participación con ‘Ideologia’, mientras que Sophie Charlotte, famosa por su interpretación de Gal Costa en el cine, sorprendió al público al cantar ‘Vapor Barato’. Este acto no solo fue musical; fue un grito colectivo de resistencia y unidad.
Mensajes potentes de los artistas
Fernanda Torres, reconocida actriz y activista, se dirigió a la multitud con un discurso apasionado: “Estamos aquí por las florestas brasileñas, por los derechos de las mujeres, y por la democracia”, enfatizando la necesidad de que el Congreso actúe en beneficio del pueblo. Este sentimiento fue compartido por otros artistas como Emicida, quien subrayó la importancia de un compromiso profundo con el cambio, y Chico Buarque, que cerró su actuación con la icónica ‘Vai Passar’ y un grito de ‘sin dosimetría’.
Un mensaje que resuena más allá de la playa
Los ecos de este evento no solo se sintieron en Copacabana. En São Paulo, manifestantes se reunieron en la Avenida Paulista, frente al MASP, en solidaridad con la causa. Este fenómeno demuestra que la lucha por la democracia y el rechazo a la impunidad están profundamente arraigados en la conciencia colectiva de muchos brasileños.
La ola de protestas, respaldada por la comunidad artística y la ciudadanía, busca frenar el avance de leyes que amenazan la integridad del sistema judicial en Brasil. La ley de dosimetría, ahora en manos del Senado, representa un punto crítico en la batalla por la justicia y la equidad social.
Mientras la música continúa sonando y los artistas se levantan para alzar la voz, la esperanza de un futuro más justo y democrático se mantiene viva. Copacabana, una vez más, se erige como un símbolo de resistencia y unidad en Brasil.



