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Un acto de odio en el campus
Recientemente, un baño de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC) fue escenario de pichaciones que contenían mensajes de odio dirigidos a la comunidad árabe. Este incidente, que ocurrió el 17 de octubre, ha generado un fuerte rechazo tanto dentro como fuera de la universidad.
La frase «la PUC no es para árabe» fue acompañada de otras que decían «la PUC es nuestra», lo que ha llevado a muchos a cuestionar el ambiente de convivencia en el campus.
Las pichaciones fueron denunciadas por grupos en defensa del pueblo palestino y confirmadas por la dirección de la universidad, que se ha manifestado en contra de cualquier tipo de discriminación.
Este tipo de actos no solo atentan contra la dignidad de las personas, sino que también reflejan un clima de polarización que se ha intensificado en los últimos meses, especialmente tras los recientes conflictos en el Medio Oriente.
Investigaciones y protocolos antidiscriminatorios
La PUC ha estado bajo la lupa debido a denuncias de antisemitismo que involucraron a estudiantes y profesores del programa de Relaciones Internacionales. A pesar de que la universidad concluyó que no había suficientes pruebas para tomar medidas disciplinarias, la situación ha dejado una sensación de inquietud entre la comunidad académica.
En respuesta a estos incidentes, la universidad ha implementado un Protocolo Antidiscriminatorio que busca prevenir y sancionar cualquier manifestación de odio en el campus.
El profesor Reginaldo Nasser, quien ha estado involucrado en el estudio de conflictos internacionales durante más de tres décadas, ha expresado su preocupación por el ambiente actual en la PUC.
Según él, la aparición de estas pichaciones indica un aumento en la seguridad y empoderamiento de quienes propagan discursos de odio, lo que podría silenciar voces críticas en un momento de gran tensión internacional.
La voz de los estudiantes
Estudiantes como Lucca Bueno, miembro del colectivo Estudiantes en Solidaridad al Pueblo Palestino, han alzado la voz para exigir acciones concretas por parte de la universidad. La aparición de estas pichaciones no es un hecho aislado, ya que se han reportado incidentes similares en el pasado. Bueno enfatiza la necesidad de que la PUC tome medidas efectivas para abordar este tipo de manifestaciones y garantizar un ambiente seguro y respetuoso para todos los estudiantes.
La dirección de la universidad ha respondido a las críticas afirmando que las pichaciones han sido eliminadas y que se llevará a cabo una investigación exhaustiva. Sin embargo, el desafío persiste, ya que el clima de tensión en el campus se ha visto exacerbado por la guerra en Gaza y las reacciones polarizadas que ha generado. La comunidad académica se enfrenta a la difícil tarea de encontrar un equilibrio entre la libertad de expresión y la necesidad de un entorno inclusivo y respetuoso.
