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El crecimiento del PIB y el sector agropecuario
El Ministerio de Hacienda de Brasil ha anunciado que se espera un nuevo impulso para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) a principios de 2025, impulsado principalmente por el sector agropecuario.
Este sector se encuentra en una posición favorable debido a la expectativa de una producción récord de granos, lo que podría traducirse en un crecimiento significativo. Sin embargo, las proyecciones también indican que la economía podría enfrentar una desaceleración en los trimestres posteriores.
Según la Secretaría de Política Económica (SPE), se anticipa que el ritmo de crecimiento del PIB aumente en el primer trimestre de 2025, con un enfoque particular en la expansión de la actividad agropecuaria, que podría alcanzar cifras de dos dígitos.
Este crecimiento no solo beneficiará al sector agrícola, sino que también impactará positivamente en el PIB de servicios, gracias a factores como el aumento del salario mínimo y un mayor dinamismo en actividades relacionadas con el agro, como el transporte y el comercio.
Desafíos y expectativas para el segundo semestre
A pesar de las proyecciones optimistas para el primer trimestre, la SPE advierte que a partir del segundo trimestre de 2025, la contribución del sector agropecuario al crecimiento del PIB podría volverse negativa.
Esto se debe a la expectativa de que el ritmo de crecimiento se estabilice, influenciado por una política monetaria más restrictiva y menores impulsos provenientes de los mercados de crédito y trabajo.
En enero, el Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central elevó la tasa básica de interés (Selic) al 13,25% anual, con la intención de realizar un nuevo aumento en marzo, llevándola a un 14,25%. Este aumento busca controlar la inflación, que actualmente supera el límite superior del objetivo establecido por el Banco Central, que es del 3% con un rango de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales.
Impacto de la inflación y el consumo en la economía
La inflación proyectada para este año ha aumentado al 5,2%, lo que refleja la presión que enfrenta la economía brasileña. A pesar de esto, el crecimiento del PIB en 2024 fue del 3,4%, impulsado por un aumento en el consumo de las familias, que pasó del 3,2% en 2023 al 4,8% en 2024. Este crecimiento en el consumo se ha visto respaldado por un aumento en la masa de ingresos y la concesión de créditos, lo que ha estimulado las importaciones, que crecieron un 14,7% en 2024.
En resumen, aunque el sector agropecuario se perfila como un motor clave para el crecimiento del PIB en 2025, los desafíos económicos, como la inflación y las políticas monetarias restrictivas, podrían influir en la estabilidad del crecimiento a lo largo del año. La capacidad de la economía brasileña para adaptarse a estos cambios será crucial para mantener un crecimiento sostenible en el futuro.
