El 28 de septiembre de 2025, un incidente ambiental relevante se registró en una de las instalaciones operadas por Petróleos Mexicanos (Pemex) en la Sonda de Campeche, provocando el vertido de aguas contaminadas. Según informes de La Jornada, la fuga comenzó alrededor de las 12:30 PM desde un oleoducto secundario conectado a la plataforma E-Ku-A, liberando un caudal de agua aceitosa que requirió intervención inmediata por parte de equipos técnicos y de seguridad.
Ante esta situación, Pemex activó su Plan Interno de Respuesta a Emergencias, el cual incluyó la implementación de medidas de contención por parte de especialistas que instalaron un clamp en el oleoducto dañado. Para las 4:00 PM del tercer día posterior al incidente, la empresa anunció que la situación había sido completamente controlada, sin reportes de lesiones, y se indicó que las operaciones en la plataforma volvían a la normalidad.
Antecedentes de derrames de petróleo en la región
Este reciente derrame no es un hecho aislado. Se produce tras un incidente similar ocurrido en mayo de 2025, donde una fuga de oleoducto en Paraíso, Tabasco, ocasionó una significativa contaminación que afectó a los manglares y la vida marina local. Este derrame anterior impactó directamente a aproximadamente 1,500 pescadores, interrumpiendo sus medios de vida e incitando críticas hacia Pemex por su tardío reconocimiento del evento.
Al igual que con el incidente de Paraíso, el último derrame ha incrementado las tensiones entre las comunidades locales y las autoridades ambientales debido a la percepción de que Pemex retrasó la notificación del problema al público. Los defensores del medio ambiente subrayan que incluso las fugas menores pueden tener efectos perjudiciales en la biodiversidad marina del Golfo de México.
Impactos ambientales y comunitarios
Preocupaciones ecológicas en el Golfo de México
La Sonda de Campeche es reconocida por su rica biodiversidad y es un hábitat crítico para diversas especies marinas. La zona sustenta comunidades pesqueras locales que dependen de estos recursos naturales para su sustento. Los expertos advierten que los derrames recurrentes podrían llevar a un daño ecológico acumulativo, amenazando el delicado equilibrio del ecosistema marino y la sostenibilidad de las actividades pesqueras.
Demandas de mejoras en la infraestructura
A la luz de estos incidentes, especialistas de la industria abogan por actualizaciones urgentes a la infraestructura envejecida de Pemex. El estado actual de los oleoductos y plataformas aumenta significativamente el riesgo de fugas, lo cual, combinado con la creciente presión internacional por la protección del medio ambiente, requiere una reevaluación de las prácticas operativas de Pemex. Invertir en sistemas de monitoreo avanzados y mejorar los protocolos preventivos es crucial para minimizar riesgos futuros.
Aunque Pemex sostiene que la reciente contaminación fue gestionada de manera efectiva, el incidente resalta la necesidad urgente de estrategias de prevención robustas y una comunicación transparente con las comunidades locales. Los interesados, incluidos residentes, expertos ambientales y grupos de defensa, están observando de cerca la capacidad de Pemex para asegurar la seguridad operacional y proteger los ecosistemas del Golfo de México.