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En un mundo donde la literatura a menudo refleja las desigualdades sociales, Pedro Cardoso se erige como un faro de cambio. Este reconocido actor y escritor ha decidido no solo desafiar su propia identidad, sino también cuestionar el sistema que perpetúa la branquitud en la industria editorial.
A través de su reciente obra, «Días Sin Gloria», coescrita con el periodista Aquiles Marchel Argolo, Cardoso busca abrir un diálogo sobre la justicia económica y social en Brasil.
Desafiando la branquitud
Cardoso afirma que su decisión de identificarse con la branquitud fue un acto de rebelión.
«Me insurgí», dice, reconociendo que aunque no puede cambiar su biología, sí puede desafiar las normas culturales que la rodean. Este reconocimiento lo llevó a un viaje de autodescubrimiento, donde se dio cuenta de que la branquitud no es solo un estado de ser, sino un privilegio que conlleva responsabilidades.
«No basta con reconocer nuestras injusticias sociales; es necesario actuar hacia la igualdad», añade.
La importancia de la independencia editorial
Al elegir publicar con Barraco Editorial, una casa editorial independiente, Cardoso no solo busca visibilizar su obra, sino también contribuir a un cambio en la forma en que se distribuyen los ingresos en el mundo literario.
«Publicar con Barraco es un acto político y económico», explica. En un sistema donde los autores suelen recibir solo el 10% de las ganancias, su elección es un paso hacia la equidad. Este enfoque resuena con la misión de Barraco Editorial, que se fundó para dar voz a autores de perspectivas antirracistas y de las periferias brasileñas.
Un diálogo enriquecedor
La colaboración entre Cardoso y Argolo es un ejemplo de cómo el diálogo puede ser transformador. Ambos autores, a pesar de sus diferentes orígenes, han encontrado un terreno común en su lucha por la justicia social. «No queremos escribir solo sobre racismo y violencia policial», dice Argolo, enfatizando la necesidad de explorar una variedad de temas que reflejen la complejidad de la experiencia humana. Esta diversidad de voces es crucial para romper con los estereotipos y ofrecer una narrativa más rica y matizada de la realidad brasileña.
«Días Sin Gloria» no solo aborda el racismo estructural, sino que también se adentra en temas de amor, salud mental y familia, mostrando que la literatura puede ser un espacio de reflexión y resistencia. La obra se convierte en un vehículo para que ambos autores compartan sus experiencias y perspectivas, invitando a los lectores a cuestionar sus propias creencias y a participar en la lucha por un futuro más justo.
