El nuevo presidente de la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) de la Cámara, Paulo Azi, ha tomado las riendas con una visión clara: priorizar el diálogo y la colaboración entre los poderes del Estado. En una reciente entrevista, Azi expresó su intención de desviar la atención de la agenda de costumbres, que ha dominado el debate legislativo en años anteriores, y enfocarse en temas que realmente afectan a la sociedad, como la economía y la seguridad pública.
Un cambio de rumbo en la CCJ
La CCJ, bajo la presidencia de Caroline de Toni en 2024, se convirtió en un espacio de confrontación ideológica, donde las propuestas que atacaban al Supremo Tribunal Federal (STF) y al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) ganaron protagonismo. Azi, sin embargo, se distancia de esta dinámica, afirmando que la polarización ha obstaculizado el avance de proyectos importantes. «Hoy, la CCJ sufre mucho con la instauración de este clima de radicalismo que provoca la no votación de las materias», señala.
La importancia del diálogo
El nuevo presidente enfatiza que es crucial establecer un modelo de convivencia que reduzca el antagonismo entre el Poder Legislativo y el Poder Judicial. Azi sostiene que, en lugar de contribuir a la tensión, es necesario construir puentes a través del diálogo. «No voy a asumir ninguna posición ideológica. Estoy aquí para actuar de la manera más imparcial posible», asegura, destacando su compromiso con una gestión que escuche a todas las partes involucradas.
Desafíos y oportunidades
A pesar de su larga trayectoria en la oposición, Azi se muestra dispuesto a colaborar con el gobierno en la implementación de políticas públicas. Reconoce que muchas veces, la falta de acción legislativa se debe a la polarización, lo que impide que propuestas valiosas avancen en el Congreso. «Las críticas que he hecho nunca han sido hacia personas, sino hacia el gobierno», aclara, dejando claro que su enfoque será constructivo y respetuoso.
Con un perfil conciliador, Paulo Azi se enfrenta a un desafío significativo: transformar la CCJ en un espacio donde el diálogo y la colaboración sean la norma, en lugar de la confrontación. Su liderazgo podría marcar un nuevo capítulo en la relación entre los poderes del Estado, promoviendo un ambiente más propicio para el debate y la aprobación de leyes que beneficien a la sociedad.