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El fenómeno Pablo Marçal
Pablo Marçal se ha convertido en un nombre conocido en el mundo del coaching, especialmente en las redes sociales. Con cursos que pueden costar hasta cinco dígitos, muchos se preguntan qué hace que sus enseñanzas sean tan atractivas.
Recientemente, un video de Marçal se volvió viral, donde enseña a un grupo de adultos a levantarse de la hierba arqueando la columna, como si estuvieran en una escena de «Matrix». Este tipo de contenido ha generado tanto admiración como críticas, lo que lo convierte en un tema candente en la conversación digital.
Las reacciones en redes sociales
El video, que muestra a Marçal dirigiendo a aproximadamente 50 personas en un parque, ha suscitado una avalancha de comentarios. Mientras algunos lo defienden, argumentando que su enfoque es innovador y efectivo, otros se burlan de la situación.
Comentarios como «¿Cuánto pagaron por este tutorial?» y «Pilates es más barato» reflejan la división de opiniones. Esta controversia no solo resalta la polarización en torno a su figura, sino que también pone de manifiesto la curiosidad que genera su método de enseñanza.
El costo de la educación en coaching
Marçal no es un coach cualquiera; sus tarifas son elevadas, llegando a cobrar hasta R$ 250 mil por mentorías. Sin embargo, muchos de sus cursos tienen precios que oscilan entre R$ 3 mil y R$ 20 mil.
La pregunta que surge es: ¿realmente vale la pena invertir tanto en estas enseñanzas? En un formulario de inscripción, se plantea la inquietud: «¿Estás dispuesto a invertir R$ 20 mil en tu transformación?». Esto plantea un dilema sobre el valor de la educación en coaching y si los resultados prometidos son alcanzables o simplemente un espejismo.
Las promesas de riqueza
Marçal promete a sus estudiantes acceso a un «Mapa de la Riqueza» que les permitirá salir de la pobreza y convertirse en los primeros ricos de sus familias. Sin embargo, la efectividad de estas promesas es cuestionada por muchos. En una de sus mentorías, sugiere métodos poco convencionales para obtener dinero, como pedir R$ 100 a diez personas o utilizar el crédito de alguien de confianza. Estas estrategias han generado escepticismo, ya que muchos se preguntan si realmente conducen a la riqueza o si son simplemente tácticas de marketing.
