El Zoo de Atlanta está de luto por la muerte de Ozzie, el gorila macho más viejo del mundo. El primate falleció a la venerable edad de 61 años, un récord para su especie, que ronda los 40 años. Esto sólo es posible ya que nació y vivió siempre en cautividad.
El anciano animal llevaba varios días indispuesto y había empezado a mostrar signos de enfermedad la semana pasada; pero a pesar de los intentos de los veterinarios, su estado empeoró desgraciadamente en pocos días. Y Ozzie fue encontrado muerto el martes por el personal del zoo estadounidense.
Murió Ozzie, el gorila más viejo del mundo
La noticia procedía del propio zoo, donde el animal llevaba décadas y se había convertido en un icono. Todavía se desconoce la causa de la muerte de Ozzie pero, según el zoológico, el gorila ya había empezado a mostrar signos de falta de apetito el pasado jueves.
Esta semana también presentaba hinchazón en la cara y, en las últimas 24 horas antes de su muerte, debilidad e incapacidad para comer o beber. Síntomas que se aclararán mediante una necropsia, el equivalente a una autopsia para los animales. De hecho, el zoo ya ha hecho gestiones con la Universidad de Georgia y el Servicio de Patología de Animales Exóticos de la Facultad de Medicina Veterinaria para averiguar la causa de la muerte del animal.
«Aunque sabíamos que este momento llegaría algún día, esta es una pérdida devastadora para el Zoo de Atlanta, es enorme la tristeza que sentimos al perder a una leyenda», dijo Raymond B. King, presidente y director general del centro, añadió: «El equipo que le atendió ha perdido una parte de su vida y una parte de su corazón. Las contribuciones de Ozzie son indelebles, tanto en las generaciones de individuos que deja en la población de gorilas como en el conocimiento de cómo cuidar a su especie».
Ozzie era, de hecho, una leyenda viva en la historia del Zoo de Atlanta, ya que era el único miembro superviviente de la generación original de gorilas que llegó al Zoo en 1988. Deja atrás a su hija Kuchi; a sus hijos Kekla, Stadi y Charlie; a su nieta Lulu; y bisnieta Andi y a su bisnieto Floyd, todos ellos residentes en el Zoo de Atlanta.
Su legado incluye también a hijos, nietos y bisnietos que viven en otros zoológicos acreditados de Estados Unidos y Canadá. Además, gracias a él, el equipo del zoo se ha hecho famoso por el cuidado de gorilas geriátricos. Y, a menudo es solicitado por otras organizaciones para el diseño de hábitats para gorilas mayores.
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