La CGT y sus planes de movilización
La Confederación General del Trabajo (CGT) está en plena preparación para un mes de abril cargado de movilizaciones y paros. Héctor Daer, uno de los líderes más influyentes de la central sindical, ha compartido detalles sobre las medidas de fuerza que se llevarán a cabo. En una reciente entrevista, Daer mencionó que la movilización está programada para el miércoles, un día antes de un paro general que se espera para el 10 de abril. Este paro se alinea con las marchas semanales que realizan los jubilados, quienes han sido un pilar fundamental en las protestas sociales.
Reclamos y objetivos de la CGT
Los reclamos de la CGT son claros y contundentes. Daer enfatizó que no debe haber un techo en las paritarias, que se debe atender la caída de los ingresos, y que es crucial ajustar las condiciones para los jubilados. Además, se ha manifestado la preocupación por el aumento de tarifas que supera los salarios, lo que agrava la situación económica de los trabajadores. La presión política y social ha aumentado, especialmente tras los recientes incidentes en las cercanías del Congreso, lo que ha llevado a la CGT a replantear su estrategia de movilización.
El contexto político actual
El clima político actual es tenso, y la CGT se encuentra en una encrucijada. Daer ha señalado que existe poco diálogo con el gobierno de Javier Milei, lo que complica la situación. A pesar de esto, la CGT está decidida a avanzar con sus planes de movilización, aunque algunos sectores dentro de la organización han mostrado una postura más conciliadora con el gobierno. La falta de comunicación efectiva con la Casa Rosada ha llevado a una sensación de frustración entre los sindicalistas, quienes sienten que sus reclamos no están siendo escuchados.
En este contexto, la CGT se prepara para un abril decisivo, donde la movilización y el paro general serán herramientas clave para expresar el descontento de los trabajadores. La participación de movimientos sociales y piqueteros en las marchas también refleja la unidad en la lucha por mejores condiciones laborales y sociales. Con un panorama incierto, la CGT se enfrenta a un desafío importante: equilibrar la presión sobre el gobierno mientras mantiene la cohesión interna entre sus diferentes sectores.



