Los campeones reinantes de la Copa Oro, México, se preparan para enfrentar a la República Dominicana en un partido que promete ser emocionante, pero que se ve ensombrecido por los acontecimientos fuera del campo de fútbol. Las protestas por las redadas de inmigración del gobierno estadounidense han eclipsado las expectativas sobre El Tri y su defensa del título.
Protestas y medidas de seguridad en Los Ángeles
Desde el sábado pasado, las manifestaciones en Los Ángeles han ido en aumento, llevando a la alcaldesa Karen Bass a imponer un toque de queda en el centro de la ciudad. Este toque de queda, que se activó el martes por la noche, afecta a los eventos deportivos y a la vida nocturna de la zona. La alcaldesa ha confirmado que esta medida se mantendrá en vigor “por varios días”. El encuentro de México está programado para comenzar a las 6:15 p.m. hora local, lo que significa que el pitido final sonará después de las 8 p.m., justo cuando el toque de queda entra en efecto.
La preocupación de Concacaf
Los oficiales de Concacaf están al tanto de la situación y mantienen una comunicación constante con las autoridades locales, los recintos y los equipos participantes. En un comunicado, la organización enfatizó que “la seguridad y el bienestar de todos los participantes, aficionados y partes interesadas es nuestra máxima prioridad”. Ante la situación, la selección mexicana se ha visto obligada a cambiar de hotel, mudándose de su alojamiento original en el centro de Los Ángeles a Long Beach, en un intento por evitar la agitación.
Un ambiente festivo empañado
Los antecedentes de las manifestaciones son preocupantes. Desde que comenzaron, la policía de Los Ángeles ha realizado casi 400 arrestos, y la tensión aumenta con cada día que pasa. La comunidad mexicano-americana, conocida por su ferviente apoyo a la selección nacional, se encuentra dividida entre la emoción del partido y la inquietud por la violencia en las calles.
¿Vale la pena arriesgarse?
La anticipación para el partido era alta, especialmente tras la victoria de México en la Liga de Naciones de Concacaf en marzo. Más de 50,000 boletos se vendieron rápidamente para el encuentro, pero la atmósfera festiva ha desaparecido. Algunos aficionados están reconsiderando su asistencia, preocupados por posibles redadas en el estadio. Los revendedores, que antes podían vender entradas por hasta $400, ahora las ofrecen por tan solo $20, reflejando el clima de inseguridad.
La voz de los aficionados
Una mujer que tenía boletos para el partido expresó su temor: “El Tri es mi pasión, pero no quiero que mis hijos se queden sin madre”. Esta declaración resuena entre muchos que sienten que el riesgo no vale la pena por un partido de 90 minutos. Además, las sesiones de práctica del equipo, que normalmente atraen grandes multitudes, han sido desoladas, con pocos aficionados presentes.
El futuro inmediato de El Tri
Después del encuentro en Los Ángeles, México se enfrentará a Surinam en Arlington, Texas, el 18 de junio y cerrará la fase de grupos en Las Vegas el 22 de junio contra Costa Rica. En el horizonte también se vislumbra el Mundial de Clubes de la FIFA, que se llevará a cabo en Pasadena, con varios equipos mexicanos participando. Sin embargo, la situación actual ha generado preocupación entre aficionados y organizaciones, que claman por un enfoque más humano en la seguridad durante estos eventos deportivos.
Preocupación internacional
La asociación Football Supporters Europe (FSE) ha manifestado su profunda preocupación por la respuesta policial en EE.UU., calificando el enfoque como “totalmente inadecuado para eventos deportivos internacionales”. La organización insta a FIFA a actuar y garantizar que los derechos humanos y las libertades civiles de todos los aficionados sean protegidos. La presión aumenta, y el mundo del fútbol observa de cerca lo que sucederá en Los Ángeles.