México realiza un decomiso histórico de más de 2,000 kilos de aletas de tiburón

Las autoridades mexicanas han dado un golpe contundente al tráfico de especies marinas. Más de 2,000 kilos de aletas de tiburón y raya, que tenían como destino China, fueron confiscados en una operación que ya es considerada histórica. Este decomiso, realizado el 11 de junio por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), se produjo gracias a la colaboración con el Ministerio de Marina (SEMAR). La intervención ocurrió durante una inspección rutinaria en el puerto de Ensenada, Baja California.

Detalles del operativo en Ensenada

El 5 de junio, el personal naval alertó a Profepa sobre la posible presencia de contrabando. Al llegar al recinto portuario, los inspectores encontraron un contenedor sospechoso. Dentro, 135 sacos de diferentes pesos estaban repletos de aletas de tiburón. En total, el peso del contrabando ascendía a 2,433 kilos, pertenecientes a especies como el tiburón toro, el tiburón martillo y el tiburón sedoso. Este hallazgo resalta la gravedad del tráfico de especies marinas, que continúa siendo un problema crítico.

Regulaciones y consecuencias legales

La legislación mexicana prohíbe la extracción de aletas de tiburón, lo que significa que el uso exclusivo de estas partes es ilegal. Profepa ha subrayado que algunas de las especies encontradas están listadas en el Apéndice II de CITES, lo que indica que, aunque no están en peligro crítico, su población podría verse amenazada sin una regulación estricta del comercio. La falta de un certificado CITES por parte del capitán del barco fue la razón clave para el decomiso.

Implicaciones del comercio ilegal

Un informe de 2022 de la Brookings Institution revela que los mercados chinos están profundamente entrelazados con las economías ilegales en México, incluyendo el tráfico de drogas y la fauna silvestre. Los carteles mexicanos utilizan productos como aletas de tiburón y vejigas natatorias de totoaba para financiar la compra de precursores químicos, impactando gravemente la biodiversidad. Este comercio no solo pone en riesgo a las especies marinas, sino que también fortalece redes delictivas que operan en la sombra.

Un llamado a la acción

¿Qué medidas se están tomando realmente para frenar este tráfico? Este decomiso es un paso significativo, pero la lucha está lejos de terminar. La colaboración entre autoridades, tanto en México como a nivel internacional, es crucial para afrontar este desafío. La pregunta persiste: ¿cómo podemos asegurar que estos esfuerzos se mantengan y se intensifiquen en el futuro?