Durante el mes de noviembre de 2025, la ciudad de Mexicali registró un preocupante aumento en la delincuencia, con un total de 696 robos, la cifra más alta del año. Esta situación ha generado un clima de inseguridad que afecta directamente a propietarios y empleados de negocios locales, quienes enfrentan el impacto de estos actos criminales.
Según la Fiscalía General del Estado (FGE), casi el 44% de todos los robos en Baja California ocurrieron en Mexicali, lo que subraya la gravedad de la problemática. Además, la violencia ha aumentado notablemente, ya que de los 159 robos a negocios reportados en noviembre, 119 se llevaron a cabo de manera violenta.
Impacto en el sector comercial
La comunidad empresarial de Mexicali se encuentra en un estado de alerta constante. Las estadísticas revelan que más del 53% de los robos violentos en Baja California sucedieron en esta capital. Esta situación ha hecho insostenible la operación de muchos comercios, que no solo enfrentan pérdidas económicas, sino también un creciente sentimiento de vulnerabilidad.
La respuesta del gobierno local
En medio de esta crisis de seguridad, las acciones del gobierno municipal han sido objeto de análisis crítico. El alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño Ruiz, mostró una respuesta rápida ante un escándalo de corrupción que involucró a un funcionario municipal, lo que refleja un intento de restaurar la confianza pública. Sin embargo, muchos ciudadanos se preguntan si estas medidas son suficientes para detener el incremento de la criminalidad.
Por su parte, la alcaldesa de Mexicali, Norma Alicia Bustamante Martínez, enfrenta un reto monumental al intentar recuperar la seguridad en su ciudad. Los comerciantes han solicitado medidas más efectivas y un mayor apoyo de las autoridades estatales para hacer frente a esta creciente ola de delitos.
Desconfianza en las autoridades
La percepción de inseguridad en Mexicali se ha intensificado, lo que se refleja en las encuestas de aprobación de los funcionarios públicos. Un estudio reciente indica que la alcaldesa Bustamante Martínez cuenta con solo un 32.6% de aprobación entre los ciudadanos, lo que resalta la falta de confianza en su gestión. Este sentimiento se extiende a otros líderes locales, como la alcaldesa de Ensenada, Claudia Agatón, quien también recibe calificaciones bajas en confianza y percepción de seguridad.
Reformas necesarias
Las reformas electorales que se avecinan para 2026 podrían tener un impacto significativo en la estructura de la seguridad pública. La presidenta Claudia Sheinbaum ha expresado la necesidad de simplificar la burocracia en el sistema electoral, lo que podría influir en la forma en que se abordan los problemas de seguridad en el estado. Sin embargo, la resistencia a eliminar los Organismos Públicos Locales Electorales (Oples) podría complicar este proceso.
Defensores de la continuidad de los Oples argumentan que su existencia es crucial para mantener un monitoreo efectivo sobre las prácticas electorales y la seguridad pública. La presión para eliminar estas instituciones podría resultar en una mayor ineficiencia en la gestión de la seguridad en Baja California.
Un llamado a la acción
El creciente número de robos en Mexicali representa un llamado urgente a la acción tanto para las autoridades como para la comunidad. Es esencial que los ciudadanos se unan y exijan medidas más contundentes para recuperar la seguridad en sus vecindarios. La colaboración entre el gobierno y la ciudadanía puede ser clave para revertir esta alarmante tendencia y restaurar la confianza en las instituciones.
Mexicali se encuentra en un momento crítico en su lucha contra el aumento de la criminalidad. Las estadísticas son claras, y es imperativo que las autoridades respondan con estrategias efectivas que garanticen la seguridad de sus ciudadanos y la estabilidad de su economía.



