El arrestado conoció a las víctimas en sitios de citas en línea y organizó encuentros con ellas en moteles: dejaba los cuerpos en carros de compra.
Mató a 5 mujeres y dejó sus cuerpos en carros de compra
Un carrito de supermercado abandonado cerca de Union Station, en el corazón de Washington, a un paso del Capitolio. Dentro, cubierto por una tela, el cadáver de una mujer en avanzado estado de descomposición.
Las autoridades no tienen dudas: es definitivamente la quinta víctima del asesino en serie ahora conocido como «el asesino del carrito de compra».
Anthony Robinson, de 35 años, afroamericano, lleva en una celda desde finales de noviembre. Está encarcelado en la penitenciaría de Rockingham, en Virginia, ya acusado de la muerte de dos mujeres cuyos cuerpos fueron encontrados dentro de una bolsa de plástico también colocada en un carrito de la compra, abandonado en el monte cerca de la ciudad de Alexandria.
La misma suerte corrieron otras dos chicas que desaparecieron de la misma manera y fueron encontradas en Virginia, a las afueras de Washington. Todas tenían entre 29 y 54 años, incluida una mujer embarazada y una madre de seis hijos.
Tras el descubrimiento de la quinta víctima, de 40 años, se teme que la lista pueda aumentar.
Poco se sabe de la vida privada de Robinson, que consistía en trabajos esporádicos entre Nueva York y Washington. Sin embargo, los investigadores han reconstruido su plan criminal.
Atraía a sus víctimas a través de sitios de citas en línea, siendo su favorito el canadiense «Plenty of Fish», y las citaba en la red para atraerlas a los moteles. Aquí mataba a sus presas tras golpearlas y dejarlas inconscientes, luego las escondía y las transportaba en carritos de supermercado. Es habitual, sobre todo en tiempos de pandemia en las ciudades americanas, ver estos carros moviéndose entre los sin techo, que los utilizan como medio de transporte para lo poco que les queda.
También en el último caso, el del cadáver encontrado cerca de la estación de la capital estadounidense, los investigadores han comprobado que Robinson fue la última persona con la que contactó la víctima por teléfono móvil, tras una cita concertada por internet. Los últimos rastros de los dos, a través de los datos de las células telefónicas, mientras que en Washington tomaron el metro en dirección a la salida del Distrito de Columbia, justo en Virginia.
Sin embargo, el presunto asesino en serie, si es declarado culpable, debería evitar la silla eléctrica o la inyección letal. De hecho, el pasado mes de marzo, el gobernador demócrata Ralph Northam firmó una ley que convierte a Virginia en el 23º estado en abolir la pena de muerte.
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