En el episodio más reciente de Masterchef Confeitaria, emitido el martes 14 de octubre, los participantes se enfrentaron a una serie de desafíos que pusieron a prueba no solo sus habilidades culinarias, sino también su resistencia emocional. Con una caja misteriosa que los retó a reimaginar dulces clásicos de su infancia, los concursantes vivieron un día lleno de tensión en la cocina.
Desafíos que evocan recuerdos
La apertura del programa presentó una propuesta intrigante: los reposteros debían crear versiones contemporáneas de dulces que forman parte de la memoria afectiva de muchos latinoamericanos. Entre opciones como turrón y cocada, la creatividad fluyó en la cocina, dando lugar a innovaciones que rinden homenaje a estas delicias tradicionales. En este desafío, Ramiro Bertassin destacó, logrando la victoria y asegurando su permanencia en la competencia por una semana más.
El intenso desafío del caramelo
Sin embargo, lo que siguió fue una verdadera prueba de fuego. La ronda de eliminación exigió que los reposteros dominaran seis técnicas diferentes con caramelo: gelato, crocante, mousse, bizcocho, cremoso y decoración, todo en un apretado periodo de dos horas. La presión estaba en su punto máximo, y la ambición de algunos participantes resultó ser un tanto arriesgada, llevando a resultados inesperados.
Debates acalorados y momentos de relajación
Durante la competencia, la tensión se hizo evidente en los debates sobre las técnicas culinarias. La reconocida chef Helena Rizzo no dudó en cuestionar la calidad de las creaciones presentadas. Una de sus observaciones más memorables fue cuando le preguntó a un concursante si había quemado el azúcar al preparar su mousse. Sin embargo, en medio de la seriedad del evento, Helena también compartió un momento de ligereza al recordar su infancia, revelando que solía mezclar licor y vino con agua cuando era pequeña.
Reacciones intensas y una eliminación inesperada
Las reacciones en las redes sociales reflejaron la pasión que genera el programa. Con la eliminación de un concursante, muchos fanáticos expresaron su descontento, pidiendo su permanencia en la competencia. El episodio estuvo marcado por una discusión acalorada sobre la calidad de un plato que fue calificado como “incomible” por uno de los jueces, lo que generó aún más debate entre los televidentes.
Un adiós controvertido
La salida del participante no solo se debió a su desempeño. La interacción entre los concursantes y la manera en que se llevó a cabo la prueba también influyeron en la decisión de los jurados. A lo largo de la competencia, los errores fueron analizados con un enfoque crítico, y uno de los jueces, Erick Jacquin, no escatimó en palabras al criticar un plato, calificándolo de “porquería” debido a un morango mal preparado.
El episodio culminó en una mezcla de emociones, donde la presión de la competencia y el deseo de sobresalir crearon un ambiente lleno de tensión. Con cada desafío, los reposteros no solo compiten entre sí, sino que también enfrentan sus propios miedos e inseguridades. Esto convierte Masterchef Repostería en un espectáculo repleto de aprendizajes y sorpresas cada nueva semana.