María Becerra y J Rei dan la bienvenida a Pistón, su nuevo perrito adoptado

Una familia en crecimiento

María Becerra y su pareja, Julián Reininger, han hecho pública su última aventura en el mundo de la adopción animal. La pareja, ya dueña de cinco perritos y una gata, ha decidido sumar a su familia un nuevo integrante: un perrito llamado Pistón. Este pequeño, que llegó a sus vidas con una historia conmovedora, ha capturado el corazón de sus seguidores y amantes de los animales.

La historia de Pistón

Pistón, un cachorro de apenas 50 días, fue rescatado por una organización dedicada a la adopción de animales. Nació con una discapacidad que lo hacía menos visible para posibles adoptantes: le falta una patita delantera y tiene solo tres deditos en una de sus patas traseras. Sin embargo, esto no detuvo a María y Julián, quienes se sintieron atraídos por su historia y decidieron darle un hogar. “Cuando vimos su caso, enseguida se nos estrujó el corazón”, compartieron en sus redes sociales. La pareja se postuló para ser sus nuevos papás, y así comenzó la aventura de Pistón en su nuevo hogar.

Un hogar lleno de amor

La llegada de Pistón a la familia no solo representa un acto de amor hacia un animal necesitado, sino también un mensaje poderoso sobre la importancia de la adopción. María y Julián han utilizado su plataforma para alentar a sus seguidores a adoptar en lugar de comprar. “Adopten, no compren”, fue el mensaje que dejaron claro en su publicación. Además, han mencionado que quieren introducir a Pistón a sus otros perritos de manera gradual, para que no se sienta abrumado. “Te amamos Pistón, te vamos a hacer muy feliz”, expresaron, mostrando su compromiso con el bienestar del pequeño.

Un precedente de amor y cuidado

No es la primera vez que la pareja adopta un perrito. Hace un año, durante un viaje por Córdoba, encontraron a Turbo, otro perrito que también necesitaba un hogar. Esta experiencia ha fortalecido su deseo de ayudar a los animales en situación de abandono. “Nos empezó a acompañar, así que se ganó nuestros corazones y se quedó”, recordó Julián sobre Turbo. La historia de María y Julián es un recordatorio de que siempre hay espacio para más amor en nuestras vidas, especialmente cuando se trata de rescatar a aquellos que más lo necesitan.