En el ámbito del baloncesto, pocos nombres resuenan con la misma significación que el de Manuel «Manolo» Raga Navarro. Aunque muchos aficionados casuales pueden no reconocer sus contribuciones, Raga es considerado el jugador mexicano más destacado en este deporte. Fue el primero en México en entrar al draft de la NBA, un momento crucial que aún permanece envuelto en cierto mito. Su historia es un relato de determinación, habilidad y logros pioneros en un deporte que, aunque no tiene la popularidad del fútbol en México, cuenta con un ferviente seguimiento.
Nacido en 1944 en la localidad de Villa Aldama, en el estado de Tamaulipas, el camino de Raga hacia el baloncesto comenzó en su comunidad. A diferencia del fútbol, el baloncesto siempre ha tenido un entusiasmo más específico en México, prosperando a menudo en áreas menos favorecidas donde un campo de juego más pequeño resulta ventajoso. Este deporte ganó popularidad gracias a los migrantes que regresaron de Estados Unidos, quienes trajeron consigo una pasión arraigada por el baloncesto. En muchas regiones, la accesibilidad de las canchas de baloncesto, especialmente en el favorable clima mexicano, permitía jugar durante todo el año.
El Ascenso de una Estrella
Durante la década de 1960, muchos equipos de baloncesto mexicanos estaban afiliados a instituciones militares o educativas. Raga mostró su talento en el Instituto Tecnológico de Ciudad Madero, donde destacó con una altura de 1.88 metros, superior a la de sus compañeros. Sin embargo, fue su notable capacidad de salto lo que realmente lo diferenció. La prueba de salto Sargent mide qué tan alto puede llegar una persona desde una posición de pie, y mientras un salto de 70 centímetros se considera impresionante, Raga sorprendió a los observadores con un salto de 109 centímetros.
Un Salto Internacional
A pesar de su atletismo natural, Raga enfrentó inicialmente desafíos para ganar reconocimiento en las ligas amateur. Su gran oportunidad llegó al unirse al equipo nacional mexicano, que era fuerte en la región centroamericana y se clasificaba constantemente para competiciones internacionales. A los 19 años, debutó en el Campeonato Mundial de 1963 en Brasil, donde anotó 24 puntos contra Canadá y 20 contra Uruguay. Su participación en los Juegos Olímpicos comenzó al año siguiente, y para cuando México fue sede de los Juegos Olímpicos en 1968, Raga se había convertido en un jugador clave para la selección nacional, conocido por su capacidad para cubrir la cancha, asegurar rebotes y ejecutar tiros en salto precisos.
Transición a Europa
En busca de nuevos desafíos más allá de sus fronteras, Raga encontró una oportunidad con un club italiano. Durante este período, el baloncesto ganaba popularidad en Europa, especialmente en España e Italia, aunque aún estaba rezagado en comparación con el fútbol. Los clubes importantes a menudo buscaban jugadores estadounidenses para fortalecer sus plantillas, pero el camino de Raga tomó un giro diferente cuando fue reclutado por Varese, una pequeña localidad italiana con aproximadamente 70,000 habitantes. La comunidad, rica en cultura deportiva gracias a su proximidad a las pistas de esquí y eventos de ciclismo, abrazó el desafío de construir un equipo de baloncesto competitivo.
Convirtiéndose en una Leyenda Local
En Varese, Raga enfrentó una rivalidad diferente, ya que el equipo local intentaba competir con el dominante Simmental Milano, que había ganado numerosos títulos durante la década anterior. Sin embargo, una serie de cambios cruciales a finales de los años 60 alteró el panorama. Con el patrocinio de Ignis, una empresa de electrodomésticos, y la orientación del exjugador Giancarlo Gualco, Varese comenzó a atraer talento extranjero, incluido el desconocido Raga. Su cautivador estilo de juego, combinado con su personalidad amigable, le ganó el cariño de los aficionados, quienes lo apodaron cariñosamente «El Mexicano Volador» y «El Fenómeno».
La asociación de Raga con la estrella italiana Dino Meneghin impulsó al equipo hacia el éxito, culminando en el campeonato de la Liga Italiana en 1969, donde anotó 418 puntos y atrapó 98 rebotes. Esta victoria no solo les otorgó un título, sino también un lugar en la Copa de Europa, donde se enfrentaron a oponentes formidables de Europa del Este. La final contra el CSKA Moscú en 1970 marcó un momento significativo en la carrera de Raga, ya que Varese triunfó 79-74, con Raga contribuyendo con 19 puntos y consolidando aún más su legado.
Un Legado Sin Fronteras
La destacada actuación de Raga llamó la atención de la NBA, y junto con Meneghin, se convirtió en uno de los primeros jugadores extranjeros en entrar al draft de la NBA. Aunque Varese retuvo a Meneghin y las negociaciones con Atlanta fracasaron respecto a Raga, su inclusión en el draft es un testimonio de su impacto en el deporte. Raga continuó brillando en Italia, ganando otro título europeo y participando en sus terceros Juegos Olímpicos en Montreal en 1976.
Tras finalizar su carrera como jugador, Raga se dedicó a la dirección técnica, contribuyendo al equipo nacional mexicano que logró la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de 1991. Sin embargo, prefirió llevar una vida más tranquila en Tamaulipas, donde reside actualmente con su esposa, la exjugadora cubana de voleibol Lucia Urgelles. Aunque las contribuciones de Raga son mejor celebradas en Europa, donde fue nombrado Ciudadano Honorario de Varese y reconocido por FIBA como uno de los «50 Grandes Contribuyentes de la EuroLeague», su legado como el primer mexicano seleccionado en el draft de la NBA permanece firme.